Cosmética ecológica sin disruptores endocrinos para prevenir enfermedades

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La eliminación de disruptores endocrinos de las fórmulas de cosméticos supone un paso importante para la protección de la salud hormonal y la prevención de enfermedades graves como el cáncer de mama.

Benzofenona (oxibenzona), parabenos, bisfenoles, ftalatos, formaldehídos o triclosán son algunas de las sustancias químicas presentes en los productos cosméticos que cotidianamente usamos a diario y que podemos evitar si nos fijamos en las etiquetas, en muchos casos muy difíciles de entender, y adquirimos productos ecológicos.

Los cosméticos entran en contacto con nuestra piel, nuestra boca y nuestros ojos, los absorbemos y, a largo plazo, se acumulan en nuestro organismo y tienen efectos nocivos en nuestra salud.

Efecto acumulativo

Los disruptores endocrinos están escondidos en múltiples formas en las interminables etiquetas de los productos y potencian o inhiben la función de ciertas hormonas. Tienen un impacto directo en nuestro sistema endocrino, responsable de funciones tan vitales como el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo del cuerpo y la reproducción.

Cada vez hay más opciones conscientes para una belleza más sana, pero hay mucho camino todavía por recorrer para identificar todas las sustancias no aptas tanto para los humanos como para el entorno. Además, su efecto es acumulativo, desafortunadamente irreversible y puede, incluso, transmitirse de generación en generación.

Que las marcas hagan referencia a cosmética natural ya no es suficiente porque no es garante que sus productos eviten sustancias químicas como los disruptores hormonales o la presencia de microplásticos en sus envases.

Cosmética ecológica

La cosmética natural y certificada como ecológica utiliza ingredientes puros de fuentes naturales, minimizando las modificaciones para preservar sus beneficios. Estos productos no sólo cuidan nuestra salud, sino que también protegen el medioambiente al evitar sustancias químicas perjudiciales.

El último informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que se está produciendo un aumento de los problemas hormonales o enfermedades (cardiovasculares, diabetes, obesidad…) y que están asociados a estas sustancias químicas sintéticas.

Los disruptores endocrinos están escondidos en múltiples formas en las interminables etiquetas de los productos

Más de 1.500 sustancias

El documento de estos dos organismos mundiales realiza una aproximación al estado de los conocimientos científicos sobre las sustancias químicas que perturban la función endocrina (State of the Science of Endocrine Disrupting Chemicals) y hace referencia a que los denominados Perturbadores Endocrinos (PE) están presentes en numerosos productos domésticos e industriales y están impactando negativamente en la salud de los humanos y los animales.

En él se citan que hay unas 1.500 sustancias químicas identificadas como posibles disruptores endocrinos que están presentes en nuestro día a día, en alimentos, plásticos, textiles, materiales de construcción, productos de cuidado personal, cosméticos…

Nombres camuflados

La organización ecologista Greenpeace afirma que nuestra salud y nuestro medioambiente corren un alto riesgo al aplicarnos una cosmética tóxica recordando que «todo lo que se aplica en nuestro cuerpo, se considera un producto cosmético: champú, gel de ducha, cacao labial, geles y espumas de afeitado, pomadas, cremas, pasta de dientes, desodorante, maquillajes, desmaquillantes…».

Entre los datos a destacar está que se estima que una mujer puede consumir una media diaria de 12 productos cosméticos con 160 ingredientes distintos. En el caso de los hombres, la mitad de productos. Además se hace referencia a que «de las 150.000 sustancias químicas que se utilizan, 8.000 acaban en cosmética. Estos ingredientes están camuflados en distintos nombres complicados de entender en una etiqueta con una letra muy reducida».

Una mujer puede consumir una media diaria de 12 productos cosméticos con 160 ingredientes distintos

Listado de disruptores endocrinos

Es, por lo tanto, muy importante saber cuáles son los disruptores hormonales más habituales en cosmética y cómo evitarlos a la hora de hacer una elección sana y sostenible. Te detallamos a continuación los más frecuentes:

Filtros solares

Los expertos hacen especial hincapié en los protectores solares con filtros UV que se presentan como un producto más propenso a contener disruptores endocrinos como:

Si quieres profundizar más tienes, la lista INCI, que es la nomenclatura Internacional de los Ingredientes Cosméticos (International Nomenclature Cosmetic Ingredients), que nombra y enumera los ingredientes de un producto cosmético ya sea natural o sintético.

La importancia de este listado, que nos ayuda leer las etiquetas, fue implantado de forma obligatoria en Europa en 1998 de tal forma que las marcas cosméticas deben reflejar todos los componentes de sus productos.

Los nombres INCI se utilizan en los Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón y muchos otros países para enumerar los ingredientes en las etiquetas de los productos cosméticos.

La cosmética natural y certificada como ecológica utiliza ingredientes puros de fuentes naturales

Consejos prácticos

Entre los consejos para evitar sustancias que actúan como disruptores endocrinos están:

Además, para estar en línea con una cosmética más sana y natural hay que huir de ingredientes que contengan las palabras chloro, bromo, iodo, y sustancias tóxicas como el BHA o el ácido bórico, conocidos conservantes de amplio espectro.

Los conservantes naturales o sintéticos como el sodium levulinate, sodium anisate, benzyl alcohol, el sodium benzoate y el potassium sorbate están aceptados por las certificadoras de cosmética natural.