Protección del ganado y el lobo

La Comunidad de Madrid protege a los ganaderos del lobo doblando el importe de las ayudas

Las ayudas financian vallados de protección, pastores eléctricos y mastines en explotaciones

Los incidentes provocados por lobos y perros asilvestrados bajan de 398 en 2018 a 184 en 2025

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La Comunidad de Madrid ha resuelto la convocatoria de ayudas 2025 destinadas a prevenir ataques de lobo en explotaciones ganaderas de la región, con una dotación total de 200.000 euros que duplica el presupuesto del año anterior.

El Ejecutivo regional incrementó además el límite máximo de aportación por beneficiario, que pasa de 3.500 euros a 4.500 euros, con el objetivo de reforzar las medidas de protección del ganado que pasta en régimen extensivo en zonas loberas. Estas prestaciones surgieron en 2023 para hacer compatible la convivencia de esta especie protegida con la actividad ganadera tradicional.

Una media de más de 3.000 euros

El programa ha distribuido una media de 3.250 euros entre más de medio centenar de profesionales, lo que representa un incremento cercano al 50% respecto al ejercicio anterior.

Las subvenciones financian la instalación de vallados de protección, tanto fijos como portátiles, la adquisición de pastores eléctricos, dispositivos de radio-seguimiento para el control de rebaños y el mantenimiento y compra de mastines especializados en la defensa del ganado.

En esta convocatoria se han priorizado las explotaciones pertenecientes a trabajadores autónomos y ganaderos jóvenes, con el doble objetivo de impulsar la profesionalización del sector y garantizar su relevo generacional.

El lobo ibérico ya está asentado en la Comunidad de Madrid con cinco manadas estables.

Protección en la Sierra madrileña

Las ayudas han beneficiado a ganaderos de casi una veintena de localidades situadas en la Sierra de Madrid, donde la presencia del lobo ibérico es más frecuente por las características del terreno y la abundancia de ungulados salvajes.

Los beneficiarios han optado mayoritariamente por los vallados fijos para proteger a los animales más vulnerables, especialmente corderos y crías, mientras que en menor medida se han solicitado vallados portátiles, pastores eléctricos y ayudas para el mantenimiento de mastines guardianes. La tramitación se ha realizado con gran agilidad, ya que la convocatoria se publicó en primavera y los pagos se han ejecutado antes de finalizar el año.

Las aportaciones permiten que los ganaderos ubicados en zonas loberas puedan adaptarse en términos materiales y tecnológicos a la presencia de esta especie.

Lobo ibérico (Foto Europa Press / WWF)

Las diversas iniciativas de prevención, unidas a un mejor manejo de los rebaños, no sólo reducen la probabilidad de que el ganado sea atacado, sino que favorecen que la alimentación de los lobos se centre en ungulados salvajes como los jabalíes. Esta especie presenta sobrepoblación en la región y genera problemas significativos en el tráfico rodado, los cultivos agrícolas y los equipamientos municipales.

Descenso continuado de incidentes

El lobo ibérico es una especie protegida en la Unión Europea, cuya supervivencia debe ser compatible con el trabajo ganadero desarrollado en su hábitat natural.

Los datos oficiales confirman un descenso sostenido de los ataques realizados en la región por ejemplares de lobo o por perros asilvestrados: en 2018 se registraron 398 incidentes, una de las cifras más elevadas de la serie histórica, mientras que en 2024 se redujeron a 223 y durante 2025 sólo se han contabilizado 184 episodios. Esta tendencia a la baja refleja la eficacia de las medidas implementadas en los últimos años.

Cambios en la alimentación del lobo

La administración regional ha constatado además una mayor alimentación del lobo a base de carroña y animales muertos, así como una mejora significativa de las prácticas profesionales de los ganaderos y la modernización de sus infraestructuras de protección. Estos factores combinados han contribuido decisivamente al descenso de los ataques registrados.

Las medidas preventivas acortan los plazos en los que los profesionales reciben los importes que han adelantado, facilitando la implementación inmediata de sistemas de protección en sus explotaciones. La continuidad del programa garantiza la coexistencia sostenible entre la conservación de fauna protegida y la ganadería extensiva tradicional en Madrid.