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Ni ballenas ni corales: este es el animal que lleva más tiempo sobre la faz de la Tierra, según un estudio científico

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Se estima que existen cerca de 8,7 millones de especies animales en la Tierra, aunque sólo se han descrito alrededor de 960.000. Entre ellas hay algunas que destacan por su tamaño, su comportamiento o su forma de adaptarse al entorno. Pero, cuando surge la pregunta de cuál es la más longeva, casi nadie sabe la respuesta.

Se puede pensar en ballenas o corales, pero la realidad es que, en las profundidades del océano, donde casi nadie molesta y rara vez se altera el ecosistema, habita un ser que no se mueve, no tiene cerebro y, sin embargo, ha sobrevivido por cientos de años.

Se llama Monorhaphis chuni y es una esponja de cristal. Según un estudio publicado en Geophysical Research Letters, podría haber ejemplares que llevan vivos desde hace más de 18.000 años, lo que la convierte en el animal más longevo conocido hasta ahora.

Este es el animal más longevo que se conoce y casi nadie sabe que existe

La Monorhaphis chuni pertenece al grupo de los hexactinélidos. Su cuerpo está formado por una estructura rígida de sílice, una especie de fibra de vidrio natural que puede alcanzar casi tres metros de longitud. Viven en aguas profundas del Pacífico occidental, entre los 1.100 y 2.100 metros de profundidad, donde la temperatura es constante, la luz no llega y apenas hay actividad biológica.

Lo que destaca de esta especie no es sólo su longevidad, sino lo que ha sido capaz de almacenar en su esqueleto. Las capas de sílice que se van formando con los años (de dentro hacia fuera) registran cambios químicos del entorno.

El estudio indica que estos anillos han servido para reconstruir cómo ha cambiado el océano profundo en los últimos 17.000 años. Han revelado, por ejemplo, que durante la última deglaciación, el silicio disuelto era un 12 % más alto que hoy, mientras que el germanio estaba un 20 % por debajo. Todo esto sin necesidad de extraer sedimentos ni perforar el fondo marino.

Cómo es el animal que guarda miles de años de historia del océano

Su estructura es sencilla. No tiene órganos, ni sistema nervioso, ni apenas células diferenciadas. Sus tejidos están formados por sincitios, una especie de masa celular continua.

A simple vista, tiene un aspecto translúcido, con tonos blanquecinos o ligeramente amarillentos, parecido al vidrio opaco. Esa simplicidad, junto con un metabolismo muy lento y un entorno sin muchos cambios, parece ser la clave de su vida casi inmortal.

Además, estas esponjas también actúan como filtros naturales. Purifican el agua del fondo marino y sirven de base para otros organismos. No se desplazan, pero juegan un papel importante en el ecosistema donde viven.

Por otro lado, científicos del Instituto Max Planck de Química descubrieron que el esqueleto de estas esponjas conserva también registros de temperatura. Analizando sus capas internas, detectaron un aumento de hasta 8 ºC en el agua del fondo marino hace unos 10.000 años, probablemente debido a erupciones volcánicas submarinas.

En ciertos momentos, la temperatura pasó de menos de 2 ºC a más de 6 ºC, algo insólito en zonas tan profundas y, en teoría, tan estables. Que Monorhaphis chuni haya sobrevivido a esas fluctuaciones refuerza su condición de especie extraordinariamente resistente.