DGT

Nadie las diferencia y te puede caer una multa: las 2 señales españolas que son casi idénticas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando circulamos por la carretera, debemos prestar especial atención a las señales de tráfico para garantizar nuestra seguridad y la del resto de usuarios de la vía. Sin embargo, en ocasiones, algunas señales pueden resultar confusas, lo que puede llevar a errores importantes que incluso pueden acabar en sanciones económicas. En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) establece un catálogo muy detallado de señales que regulan el comportamiento vial.

Una de las confusiones más habituales entre los conductores radica en la interpretación de dos señales que comparten el mismo color y el mismo número, pero que varían en su forma. Ésta pequeña diferencia, el cambio de un círculo a un cuadrado, implica una distinción crucial en el mensaje que transmiten, por insignificante que parezca.

Diferencias entre las dos señales

Al observar estas señales, lo primero que llama la atención es que ambas son azules y tienen un número blanco en el centro, por ejemplo el «100». Sin embargo, mientras una es circular, la otra tiene una forma cuadrada. Esta diferencia de forma es lo que cambia totalmente su significado.

La señal circular azul con el número 100 corresponde a la señal de velocidad mínima obligatoria (código R-411 en el catálogo oficial de la DGT). Esto significa que a partir del punto donde está colocada esa señal, todos los vehículos deben circular como mínimo a 100 kilómetros por hora. No se puede ir por debajo de esa velocidad, salvo que las circunstancias lo obliguen (como por ejemplo, condiciones meteorológicas adversas o tráfico intenso que haga inseguro mantener dicha velocidad). Estas señales se suelen situar en vías rápidas como autopistas o autovías.

Por otro lado, la señal cuadrada azul con el número 100 representa la velocidad máxima recomendada (código S-7). Esta señal no impone ninguna obligación, sino que aconseja no superar los 100 kilómetros por hora. Se trata de una recomendación que generalmente se coloca en tramos de carretera donde las condiciones no son ideales para circular a la máxima velocidad permitida, por ejemplo, en zonas con curvas peligrosas, pendientes pronunciadas o donde suele haber mucho tráfico. Aquí, el conductor puede ir más rápido si quiere, pero debe tener en cuenta la recomendación para evitar riesgos.

Sanciones de la DGT

No respetar la señal de velocidad mínima puede ser peligroso, ya que circular a una velocidad inferior a la indicada puede generar situaciones de riesgo, especialmente cuando otros vehículos circulan rápido detrás de ti. Además, la DGT puede imponer multas si se detecta que un vehículo no cumple esta obligación.

Respecto a la señal de velocidad máxima recomendada, aunque no implica sanciones por no respetarla, ignorarla puede incrementar el riesgo de accidente. Por eso, es una señal que se debe tomar en serio para adaptar la conducción a las condiciones de la vía.

La importancia de la forma y el color

Entender la diferencia entre señales circulares y cuadradas es fundamental para no cometer errores en la carretera. En el sistema de señalización vial español, la forma de la señal aporta un significado básico:

Este sistema de codificación visual facilita la rápida identificación del mensaje de la señal y ayuda al conductor a reaccionar adecuadamente.

Exceso de velocidad

En España, el exceso de velocidad continúa siendo una de las principales causas de siniestralidad en carretera. La DGT, con el objetivo de reducir estos incidentes y fomentar una conducción responsable, ha establecido un sistema de sanciones que clasifica las infracciones en función de su gravedad. Esta clasificación tiene en cuenta la velocidad a la que se circula respecto al límite establecido en la vía concreta.

Por un lado, las infracciones leves se producen cuando el conductor supera ligeramente la velocidad permitida. Estas faltas pueden conllevar multas económicas de hasta 100 euros, aunque generalmente no implican la pérdida de puntos del carné de conducir. A pesar de ser consideradas de menor gravedad, no deben tomarse a la ligera, ya que siguen suponiendo un riesgo para la seguridad vial.

En cambio, las infracciones graves representan una amenaza mayor. En estos casos, las sanciones pueden alcanzar los 200 euros e incluso conllevar la pérdida de puntos, dependiendo del exceso cometido. Este tipo de sanción suele aplicarse cuando el conductor circula a velocidades significativamente por encima del límite, pero sin llegar a extremos.

Por último, las infracciones muy graves son las más severas. Suponen multas de hasta 600 euros, la pérdida de hasta 6 puntos del carné y, en ciertas circunstancias, la inmovilización del vehículo. Estas se imponen cuando se exceden de forma alarmante los límites establecidos.