eCall: un dispositivo obligatorio… y polémico

Llevamos hablando casi un año de él y será obligatorio desde el próximo mes de octubre. Pero, siendo sinceros, pocos conocen exactamente de que se trata. Hablamos del eCall, un geolocalizador que todos los coches que se vendan a partir del décimo mes de este año 2015 deberán llevar incorporado.

El eCall es un dispositivo GPS cuya misión es hacer una llamada de forma automática a los servicios de emergencia en caso de que se produzca un accidente. Se estima que con su presencia se podrían llegar a salvar un total de 2.500 vidas en la Unión Europea, ya que transmite la posición del vehículo accidentado inmediatamente después de que se produzca el siniestro. Hasta aquí, ningún problema. Más bien todo lo contrario. De hecho, un informe previo de la marca Bosch demostró que el 75% de las muertes en carretera se producen dentro de la hora que sigue al accidente. Ese periodo de tiempo puede resultar fundamental de cara a la atención primaria, que es la que puede llegar a salvarnos la vida.

Todo parecen ventajas, ¿verdad? Sin embargo, en los últimos tiempos ha surgido un debate alrededor de este sistema. ¿Será el eCall capaz de violar la intimidad de los conductores? A pesar de que la DGT ha afirmado por activa y por pasiva que no lo usará con este fin, lo cierto es que el eCall ofrece la posibilidad de tener localizado al vehículo que lo lleve instalado durante las 24 horas del día. Según el subdirector de Gestión de Movilidad Jaime Moreno, “la DGT solo usará el eCall en positivo. No tenemos ninguna intención de controlar a los vehículos a través de este sistema.

Sin embargo, la DGT no oculta que el eCall servirá para más cosas aparte de la ayuda cuando se produce un accidente. Con este sistema se podrá intercambiar información con otros vehículos con el fin de evitar situaciones de riesgo o incluso atascos. También podrían entrar en juego las aseguradoras, que podrían realizar seguimientos personalizados, siempre de forma consentida, para posteriormente realizar rebajas en las tarifas de los seguros a los buenos conductores.

El debate está abierto. Y solamente hay una cosa clara. Estamos en manos de la DGT y su buena fe. Como siempre, la tecnología puede utilizarse para bien o para mal. Si este dispositivo solamente se utiliza para lo primero, bienvenido sea porque los beneficios son más que evidentes. Pero, ¿y si se usa para lo segundo? Tengamos fe. Otra cosa no nos queda, porque desde octubre, como decíamos, todos los coches nuevos contarán con eCall.