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El conductor no siempre es el culpable: la DGT aclara los casos en los que la responsabilidad recae en el peatón

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los atropellos de peatones son uno de los incidentes más frecuentes en las ciudades. Según datos ofrecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT), 488 personas murieron en accidentes de tráfico en vías urbanas en 2024, lo que supone un descenso del 6%. Mientras, 5.043 personas requirieron ingreso hospitalario en los 66.545 siniestros viales .

En la mayoría de los casos, los atropellos se producen por imprudencias o despistes, ya sea de los conductores o de los peatones. Un conductor puede no respetar la velocidad máxima permitida, no ceder el paso o distraerse por el uso del teléfono móvil, mientras que un peatón puede cruzar sin mirar o por un lugar indebido.

¿De quién es la culpa del atropello?

El artículo 1 del Real Decreto Legislativo 8/2004, que aprueba la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor, establece que «el conductor de vehículos a motor es responsable, en virtud del riesgo creado por la conducción de estos, de los daños causados a las personas o en los bienes con motivo de la circulación». Por lo tanto, el conductor es responsable del atropello, y el peatón tiene derecho a percibir una indemnización por los daños ocasionados, tanto físicos como materiales.

Sin embargo, la misma norma contempla excepciones: «En el caso de daños a las personas, de esta responsabilidad sólo quedará exonerado cuando pruebe que los daños fueron debidos a la culpa exclusiva del perjudicado o a fuerza mayor extraña a la conducción o al funcionamiento del vehículo; no se considerarán casos de fuerza mayor los defectos del vehículo ni la rotura o fallo de alguna de sus piezas o mecanismos». En otras palabras, no todos los atropellos implican que la culpa sea automáticamente del conductor. Es necesario analizar las circunstancias de cada caso:

La DGT aclara que: «Los peatones tienen derecho a la seguridad vial y a que se respeten sus prioridades en los pasos de peatones, pero también tienen la obligación de respetar las normas de circulación, no poniendo en peligro su vida ni la de otros usuarios de la vía. Cuando un peatón cruza fuera de los pasos de peatones o con el semáforo en rojo, su conducta puede considerarse imprudente, y en caso de accidente se valorará la concurrencia de culpas, pudiendo reducirse o incluso anularse la responsabilidad del conductor según las circunstancias del hecho».

Cuando un peatón es atropellado a 50 km/h, la probabilidad de fallecer puede alcanzar aproximadamente un 80%, según estudios de la DGT. Sin embargo, el desenlace depende de varios factores, que determinan la gravedad de las lesiones y las posibilidades de supervivencia.

En un impacto frontal directo, la fuerza del golpe sobre el torso y la cabeza suele ser suficiente para causar traumatismos graves, fracturas múltiples o lesiones cerebrales letales. En un impacto lateral o con freno parcial, donde el vehículo reduce ligeramente la velocidad antes del golpe, el riesgo de muerte puede disminuir, aunque las lesiones siguen siendo graves.

Atropellos en pasos de peatones

«Las cifras del Observatorio Nacional de la Seguridad Vial (ONSV) de la DGT sobre atropellos en pasos de peatones arrojan pistas sobre lo que hay detrás de estas tragedias: 1.047 muertos entre 2014 y 2023, casi un tercio de todas las muertes por atropello, y 8.353 personas heridas de gravedad, muchas con secuelas para toda la vida. La gran mayoría de los fallecidos (el 87%) se produce en vías urbanas. Y un dato revelador: en el 86,9% de los atropellos con fallecidos en estos pasos, el peatón no cometía infracción alguna, cruzaba correctamente. En cuanto a los factores concurrentes, al exceso de velocidad se suma la lacra de las distracciones (en una quinta parte de los atropellos urbanos y en casi la mitad de los interurbanos). Los números también reflejan que las personas mayores de 65 años (7 de cada 10 fallecidos en pasos de peatones) son las más afectadas».

«Tenemos que ser conscientes de la doble vulnerabilidad de muchas personas, y especialmente de los mayores, para trabajar en el diseño de mejores intervenciones. Debemos construir entornos más seguros, potenciar itinerarios accesibles, ajustando los límites de velocidad al mínimo posible», apunta Álvaro Gómez, director del ONSV.