Accidente: el Porsche de Le Mans que inexplicablemente no volcó

Cuando se pierde el control de un coche a alta velocidad te salva la suerte, medidas de seguridad aparte. Y mucho de esto tuvo Brendon Hartley, piloto de Porsche en el Campeonato del Mundo de Resistencia -WEC-. El británcio acabó la carrera inaugural de la temporada, disputada en el circuito de Silverstone, de la guisa que has visto en el vídeo. Un fuerte accidente que ha sido a la vez uno de los más curiosos de los últimos tiempos.

Si alguien aún no entiende el efecto de la aerodinámica, este accidente se lo dejará bien claro. Cuando el Porsche 919 Hybrid de Hartley despega tras colisionar con otro vehículo, lleva todas las papeletas para volcar. Sin embargo, la posición en la que queda suspendido hace que el aire incida de tal manera sobre el coche que lo vuelva a mandar de camino al suelo. Y boca arriba, por suerte para el piloto.

Además de esta clase forzada sobre aerodinámica, quedan demostradas una vez más las enormes medidas de seguridad con las que cuentan los coches de competición de hoy en día. Es cierto de que de vez en cuando tenemos que hacer frente a alguna desgracia -el automovilismo siempre será peligroso-, pero también que actualmente podemos presumir de los avances realizados en este campo durante los últimos años.

Golpes de este estilo son los que además están haciendo que la Fórmula 1 se plantee dar un paso al frente más e inventarse algún sistema que proteja la cabeza de los pilotos, sin duda su parte más expuesta. En los coches del WEC éste no es un problema, pero en la máxima categoría, un accidente de este estilo que acabe con el coche del revés supone un riesgo increíble para el piloto. Es cierto que un sistema de protección así rompería con la tradición estética de los monoplazas, pero con la seguridad no se debe jugar.