DGT

200 euros de multa si haces esto al aparcar en cuesta: la DGT no perdona

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Aparcar en una pendiente parece una maniobra sencilla que forma parte de la rutina diaria de cualquier conductor. Sin embargo, lo que muchos no saben es que este gesto, si se hace de forma incorrecta, puede tener consecuencias serias, tanto económicas como legales. Cada vez son más frecuentes los controles de la DGT en zonas con pendiente, debido al aumento de los incidentes provocados por vehículos mal inmovilizados. Un coche que se desliza por una cuesta puede convertirse en un auténtico peligro, razón por la cual las autoridades están endureciendo las sanciones.

Aunque algunos piensen que meter una marcha o activar el freno de mano es suficiente, la realidad es que aparcar en cuesta requiere seguir un protocolo específico que garantice que el vehículo no se moverá bajo ninguna circunstancia. Las multas por no cumplir estas normas pueden ascender hasta los 200 euros, y en casos graves incluso acarrear consecuencias penales.

Cómo aparcar en pendiente: qué dice la DGT

El Reglamento General de Circulación establece con claridad cómo se debe aparcar un vehículo en pendiente. En primer lugar, es obligatorio activar completamente el freno de mano. A continuación, hay que meter una marcha dependiendo: si el coche está en cuesta arriba, se debe dejar en primera; si está en cuesta abajo, se debe poner la marcha atrás. Esta doble medida garantiza una mayor seguridad y evita desplazamientos inesperados.

Además, la DGT recomienda orientar las ruedas hacia el bordillo para que, en caso de que el freno falle, la dirección de las ruedas puede ayudar a que el coche se detenga contra la acera y no siga su curso por la calzada. En subidas, las ruedas se deben girar en sentido contrario al bordillo, y en bajadas, hacia él. Este gesto, que apenas requiere unos segundos, puede marcar una gran diferencia en caso de emergencia.

Consecuencias económicas y legales

Aparcar mal en una pendiente no sólo puede acarrear una multa de hasta 200 euros, sino que también puede derivar en responsabilidades mayores si el vehículo se desplaza y provoca daños. En ese caso, las aseguradoras pueden negarse a cubrir los costes y exigir al conductor el pago íntegro de los desperfectos. Esto se debe a que no se consideraría un accidente fortuito, sino una negligencia por parte del conductor.

En situaciones más graves, cuando el desplazamiento involuntario del coche causa lesiones a personas, la sanción puede ir más allá de lo económico. El Código Penal contempla la posibilidad de castigar este tipo de incidentes como imprudencia grave. Esto se podría traducir en inhabilitación para conducir e incluso penas de prisión, dependiendo de la gravedad del caso. Existen antecedentes documentados por la propia DGT de conductores que han tenido que afrontar juicios por este motivo.

Tecnología y hábitos responsables

Aunque la tecnología avanza y los coches modernos incorporan cada vez más sistemas de ayuda, el factor humano sigue siendo clave. Los frenos electrónicos y sensores de inclinación ayudan, sí, pero no son infalibles. El mantenimiento del vehículo también juega un papel fundamental: un freno de mano que no se ha revisado en meses o una marcha que salta con facilidad pueden ser factores decisivos en una situación crítica.

Por eso, más allá de confiar en la tecnología, conviene reforzar los buenos hábitos al volante. Aparcar bien en una cuesta debería ser parte del ABC de cualquier conductor, como señalizar una maniobra o respetar un semáforo. La atención al detalle, especialmente en algo tan aparentemente simple como inmovilizar el coche, puede marcar una diferencia abismal.

Paso a paso

Toma nota de la guía detallada para estacionar de manera segura en pendientes:

  1. Lo primero que debes hacer es buscar un lugar que sea seguro y adecuado para estacionar. Asegúrate de que el espacio sea lo suficientemente grande para tu vehículo y que la pendiente no sea tan pronunciada que resulte peligrosa.
  2. Acércate al espacio donde deseas aparcar reduciendo la velocidad. Asegúrate de que no haya obstáculos ni peatones en las cercanías, para evitar cualquier incidente.
  3. Una vez en el lugar de estacionamiento, detén el coche completamente utilizando el freno de servicio (el freno normal) y asegúrate de que esté en una posición estable.
  4. Es fundamental activar el freno de mano completamente. Si no lo haces bien, el coche puede deslizarse hacia atrás o hacia adelante, dependiendo de la inclinación de la cuesta.
  5. En una pendiente ascendente, debes poner la primera marcha. Mientras, en una pendiente descendente, la marcha atrás es la correcta. Esto evitará que el coche se desplace si el freno de mano fallara.
  6. En cuestas ascendentes, gira las ruedas hacia el bordillo, de forma que si el coche comienza a moverse, lo haga hacia la acera. Por otro lado, en cuestas descendentes, gira las ruedas hacia el bordillo para que el coche se detenga contra la acera en caso de que se desplace.
  7. Por último, apaga el motor y verifica que todo esté en orden antes de salir del vehículo.