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Sordera en gatos: tipos, síntomas y cómo identificarla

Sordera en gatos
Gato blanco

La sordera, al igual que ocurre en los humanos, es frecuente en gatos mayores. Aunque hay ocasiones en las que la sordera en gatos es congénita y aparece antes del nacimiento, lo más habitual es que los animales la desarrollen a medida que cumplen años.

¿Qué tipos de sordera en gatos existen?

Se diferencian tres tipos de sordera en gatos. Por un lado, la denominada sordera de transmisión, que se debe a una determinada enfermedad del oído, como infecciones o tumores. La causa también puede ser leve, como la acumulación de cerumen.

Por otro lado, la sordera de percepción. El oído interno está dañado, y hay veces en las que afecta al nervio auditivo. Los daños se pueden deber a alteraciones genéticas, a infecciones, a traumatismos, o simplemente a la degeneración propia de la vejez.

Y, por último, la sordera mixta, en la que se combinan factores de los dos tipos anteriores.

A esto hay que sumar que la sordera puede ser temporal o permanente. La primera está causada por una infección parasitaria o bacteriana, o porque el animal tenga un tapón de cerumen. Aunque no es lo más habitual, también cabe la posibilidad  de que haya entrado un cuerpo extraño en el oído.

Se habla de sordera permanente cuando una infección no se trata a su debido tiempo y causa complicaciones en el oído medio e interno. También pueden darse problemas neurológicos, como tumores.

Principales síntomas

¿Cómo puedes saber si tu gato está sordo? Los síntomas iniciales no son demasiado notorios, así que en un principio puede ser complicado. Esto ocurre sobre todo cuando la sordera es congénita, y el gato se haya adaptado a ello agudizando el resto de sus sentidos. Debes fijarte muy bien para detectar cualquier indicio que llame tu atención.

¿Llamas a tu gato y no acude a la llamada? ¿No presta ninguna atención a sonidos fuertes? Prueba a cerrar una puerta de un portazo cerca de él o a encender un secador. Estos sonidos resultan muy desagradables para los gatos. Es fácil: si es capaz de oírlos, no tardará en salir corriendo.

Algunos gatos también se muestran desorientados y tienden a sacudir la cabeza con demasiada frecuencia. Sus maullidos también son mucho más altos porque no pueden oírlos. Ocurre exactamente igual que con las personas: cuando no oyen, hablan más alto.

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