La razón por la que jamás debes hacerle esto a tu perro cuando llegas a casa según un veterinario
Llegar a casa después de un largo día y encontrar a tu perro esperándote con alegría, saltos y movimiento de cola es una de las escenas más entrañables que cualquier amante de los animales puede vivir. Es una manifestación de afecto, que se suele recibir con caricias, palabras de cariño o incluso abrazos. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar qué está sintiendo realmente tu perro en ese momento? ¿Es solo alegría o esconde algo más profundo?
Cada vez más expertos en comportamiento animal advierten que esta conducta tan común puede estar reforzando sin querer un problema emocional en el animal. Muchos perros sufren lo que se conoce como ansiedad por separación, un trastorno que no siempre se detecta con facilidad. Y es que, a pesar de que para nosotros ese recibimiento tan efusivo es sinónimo de amor, para el perro puede ser una manifestación de un desequilibrio emocional, motivado por una dependencia excesiva de sus dueños.
El error de saludar con entusiasmo al perro
Una de las costumbres más arraigadas entre los perros es recibir a sus dueños con entusiasmo cuando llegan a casa. La escena es conocida por todos: abres la puerta, el perro corre hacia ti como un rayo, salta, ladra, gira en círculos, y tú respondes con abrazos, palabras de cariño y muchas caricias. Aunque pueda parecer una interacción positiva, según muchos expertos, esta conducta es contraproducente, especialmente si el perro muestra signos de nerviosismo.
El problema radica en que, al responder de inmediato a ese estado de excitación, estamos validando y reforzando un comportamiento que nace desde la ansiedad. El perro interpreta que ese nivel de estrés es adecuado o incluso necesario para llamar nuestra atención. Con el tiempo, este patrón se vuelve más intenso y el animal termina asociando nuestra ausencia con un momento de tensión que sólo se resuelve con nuestra llegada. De esta forma, sin darnos cuenta, alimentamos un círculo vicioso que agrava su dependencia emocional.
La solución a esta situación no es dejar de querer a nuestro perro, ni mucho menos. Se trata simplemente de enseñarle a gestionar la emoción del reencuentro de una orma saludable. Los expertos recomiendan que, al llegar a casa, esperemos unos minutos antes de interactuar con nuestra mascota. Lo ideal es no hablarle, no tocarle y no mirarle directamente hasta que se calme. En cuanto se tranquilice, entonces sí podemos premiar ese estado de serenidad con afecto y atención.
Con el tiempo, el perro aprende que no necesita explotar de emoción para que le hagamos casa, y que el afecto llega cuando él está tranquilo. Es un cambio de hábito que requiere paciencia, especialmente al principio, ya que para muchos dueños puede resultar difícil ignorar ese recibimiento tan efusivo. Sin embargo, los beneficios a largo plazo merecen la pena: un perro más equilibrado emocionalmente y con menos episodios de ansiedad.
Así como la vuelta a casa es un momento delicado, también hay que prestar especial atención a la salida. Muchos perros comienzan a mostrar signos de ansiedad incluso antes de que el dueño se haya marchado. Detectan patrones como coger las llaves, ponerse los zapatos o apagar ciertas luces, y eso activa en ellos una respuesta de anticipación negativa. Es en ese momento cuando comienzan a gemir, seguirte por la casa o ponerse nerviosos.
Para evitar esta reacción, se recomienda trabajar lo que los entrenadores llaman «la técnica de salida». Esta consiste en modificar tus rutinas antes de salir para que el perro no pueda prever con exactitud cuándo te vas. También puedes hacer salidas breves, de unos minutos, y regresar sin hacer ningún tipo de alboroto. Así, el perro aprende que las ausencias no son permanentes ni traumáticas. El objetivo es reducir la carga emocional que él asocia con tu marcha, y que se acostumbre a esos momentos sin dramatismo.
Actividades y juegos
Una de las formas más eficaces de combatir la ansiedad es a través de la estimulación, tanto física como mental. Un perro que ha hecho ejercicio, ha jugado o ha resuelto retos mentales durante el día, se encuentra más equilibrado y con menos energía para canalizar negativamente. Paseos largos, juegos de búsqueda, juguetes interactivos o sesiones de adiestramiento pueden marcar una gran diferencia.
Los juguetes que dispensan comida, los puzzles para perros o incluso esconder premios por la casa son herramientas muy útiles para mantener la mente del animal ocupada durante tu ausencia. También puedes dejar música suave, luces encendidas o incluso una prenda con tu olor. Todo suma para crear un entorno más tranquilo y familiar, en el que el perro se sienta seguro aunque tú no estés presente.
Saludar con entusiasmo puede reforzar la ansiedad en tu perro, aunque no lo parezca. Ignorar su excitación inicial y esperar a que se calme es un acto de amor consciente. Pequeños cambios en tu rutina pueden mejorar su bienestar emocional y fortalecer una relación basada en equilibrio y respeto.
Lo último en Mascotas
-
La razón por la que jamás debes hacerle esto a tu perro cuando llegas a casa según un veterinario
-
Si tu perro deja que hagas esto es porque eres su persona favorita
-
Adiós a las pulgas para siempre: el remedio casero que los veterinarios recomiendan
-
Misterio resuelto: expertos descubren por qué tu perro da vueltas antes de acostarse
-
El aviso de un veterinario sobre darle atún a tu gato: esto es lo que le puede pasar
Últimas noticias
-
Jaume Munar se mete en los octavos de final del torneo de Roma
-
La Audiencia confirma el procesamiento de Oltra por ocultar el abuso de su marido a una menor tutelada
-
Así es el lujoso avión que Qatar va a regalar a Trump: su nuevo Air Force One será un «palacio volador»
-
Manuel Piqueras, intervenido con éxito del ligamento cruzado
-
El PP reservó el 11 de marzo las instalaciones de Ifema para la celebración de su Congreso Nacional