¡No le dejes a tu perro hacer esto! Tu salud corre peligro
Desde el primer momento en el que el perro llega a casa, es importante que establezcas unas normas muy claras para que la convivencia vaya sobre ruedas. Una de las cosas más importantes que debes enseñarle es la de no lamerte la cara. Aunque es algo que los canes hacen habitualmente para expresar su alegría y demostrar su cariño, este gesto tiene una serie de peligros, tal y como alertan los expertos.
El doctor Leni K. Kaplan, del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) explica que «el contacto de la lengua de un can con nuestra boca, nariz u ojos puede provocarnos una infección debido al gran número de bacterias que se encuentran en ella», según recoge el diario ‘El Mundo’.
Los peligros de que el perro te chupe la cara
Del mismo modo que la boca de los humanos, la de los perros acumula una gran cantidad de gérmenes y bacterias. Aunque la mayoría de los microorganismos son completamente inofensivos, otros pueden transmitir enfermedades.
El peligro aumenta si recibes el lametón en la boca, en la nariz o en los ojos. Por supuesto, tocarte la cara justo después de que el perro te chupe las manos es muy peligroso.
Cabe recordar que los canes pasan su nariz y su lengua por zonas muy poco higiénicas: el suelo, la basura, la hierba donde otros perros han hecho sus necesidades… Son varias las enfermedades que el perro te puede transmitir si te lame la cara.
Las más comunes son la campylobacter, la clostridium, la salmonella, la toxocara y la pasteurella multocida. Si además el perro no está desparasitado, hay que sumar a la lista la hidiatidosis y la parasitosis. Esta última engloba a un conjunto de enfermedades infecciosas causadas por parásitos, que normalmente afectan al intestino.
¿Qué debes hacer?
A pesar de todo lo que hemos explicado en el apartado anterior, si tu perro te da un lametón en la cara de forma puntual no tiene por qué pasar nada. Sin embargo, debes evitar que lo tome como costumbre, aunque esté debidamente desparasitado y vacunado, y tenga una buena salud bucodental.
Si lo hace de forma puntual, procura que no se te acerque a la boca, a la nariz o a los ojos, porque son las zonas más sensibles para la entrada de microorganismos en el cuerpo. Después de recibir el lametón, recuerda lavarte las manos y la cara lo antes posible.
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