Los expertos lanzan un importante comunicado: cuidado con dar cubitos de hielo a tu perro este verano


Con la llegada del verano, muchas personas buscan formas de mantener frescas a sus mascotas, y una idea que se repite con frecuencia es la de ofrecerle cubitos de hielo al perro para aliviar el calor. Pero, ¿realmente es buena idea? Aunque parece un remedio sencillo y divertido, lo cierto es que hay que tener cuidado con su uso como snack durante los meses más calurosos del año.
Para empezar, masticar hielo puede ser perjudicial para la salud dental de los perros. Los dientes caninos no están diseñados para triturar objetos tan duros como el hielo, y hacerlo puede causar microfracturas en el esmalte. Estas pequeñas fisuras no siempre se ven a simple vista, pero con el tiempo pueden desencadenar problemas mayores como infecciones que requieran intervención veterinaria.
¿Puedes darle cubitos de hielo al perro en verano?
En cuanto a la hidratación, el hielo no aporta beneficios adicionales. Un perro que tiene acceso a agua fresca y está bien hidratado no necesita ni se beneficia de beber agua congelada. Para ellos, lo importante es que el agua esté siempre disponible y limpia. En situaciones de calor intenso, es mejor evitar dar hielo directamente, ya que puede causar molestias digestivas o incluso hipotermia.
Para combatir el calor, los expertos recomiendan métodos más efectivos y seguros, como mojar suavemente las patas y el abdomen con agua a temperatura ambiente, proporcionar sombra, reducir la actividad física en las horas de más calor y acudir al veterinario si se sospecha un golpe de calor.
Hay quienes insisten en que sus perros disfrutan masticando hielo y no presentan ningún problema. En estos casos, los veterinarios recomiendan partir el hielo debe ser en trozos pequeños o, mejor aún, triturarlo para que sea menos duro. Además, es fundamental que el perro no tenga antecedentes de sensibilidad dental o problemas bucales.
Asimismo, el hielo se debe ofrecer con moderación y siempre bajo supervisión para evitar que el perro trague trozos grandes o se lastime. Es importante entender que no se trata de un aporte nutricional ni de salud, sino simplemente de un juego o una forma de entretenimiento puntual.
Alternativas seguras para aliviar el calor
El verano puede ser una temporada complicada para nuestros perros, especialmente en zonas donde las temperaturas se disparan. Los perros no regulan el calor igual que nosotros y son más propensos a sufrir golpes de calor, que pueden ser graves e incluso mortales si no se atienden a tiempo. Por eso, como cuidadores responsables, es fundamental conocer alternativas seguras y efectivas para ayudar a nuestros amigos peludos a mantenerse frescos y cómodos:
- Lo primero y más importante es asegurarse de que el perro tenga acceso permanente a agua limpia y fresca. El agua es fundamental para que pueda regular su temperatura corporal. Es mejor renovar el agua varias veces al día y evitar dejarla al sol, ya que el agua caliente no sólo es menos apetecible, sino que también puede favorecer la proliferación de bacterias.
- Es fundamental proporcionar un lugar sombreado donde el perro pueda refugiarse del sol directo, sobre todo durante las horas centrales del día, cuando el calor es más intenso. En interiores, mantener las ventanas abiertas o usar ventiladores puede ayudar a que el aire circule y el ambiente sea más fresco.
- En el mercado existen productos específicos diseñados para ayudar a los perros a refrescarse, como alfombrillas refrigerantes o chalecos con tecnología de enfriamiento. Las alfombrillas suelen contener geles que mantienen una temperatura baja sin necesidad de electricidad o agua fría y son una opción práctica para que el perro pueda tumbarse y refrescarse cuando quiera.
- Un recurso sencillo y efectivo para bajar la temperatura corporal es humedecer ligeramente las patas y el abdomen con agua a temperatura ambiente. Estas zonas son ricas en vasos sanguíneos y la evaporación del agua ayuda a refrescar el cuerpo.
- Para hacer más llevadero el calor, se pueden preparar snacks o juguetes refrescantes caseros. Por ejemplo, congelar trozos de fruta apta para perros, como manzana o zanahoria, dentro de cubiteras con agua o caldo natural sin sal.
En definitiva, aunque el hielo no es tóxico para el perro, no es un snack saludable ni un remedio efectivo para el calor. El cuidado responsable de un animal implica conocer sus necesidades reales y no proyectarles nuestros hábitos humanos sin cuestionarlos. Para refrescar a una mascota, es mucho más importante asegurarse de que tenga siempre agua fresca, un lugar fresco y seguro donde refugiarse del sol, y evitar el ejercicio intenso en las horas de más calor.
Así que, si quieres darle a tu perro un cubito de hielo, puede hacerlo, pero recuerda que lo mejor para su bienestar es cuidar el ambiente y su hidratación de forma adecuada. Los veterinarios insisten en que no todo lo que refresca a nosotros es bueno para ellos.