Descubrimiento inaudito: revelan el misterio detrás de los gatos naranjas
El gen Arhgap36 es el responsable del color naranja en los gatos
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Los gatos naranjas siempre han destacado por su encanto y singularidad. Durante décadas, se han tejido mitos sobre su personalidad y sus habilidades, mientras la ciencia intentaba desentrañar el enigma de su color de pelaje. Ahora, dos estudios han logrado identificar el gen responsable de su tonalidad, resolviendo un misterio que intrigaba a los científicos desde hace más de medio siglo. Este hallazgo no sólo arroja luz sobre cómo los genes influyen en el color del pelaje, sino también en las diferencias entre machos y hembras. Los estudios, realizados en prestigiosas universidades de Estados Unidos y Japón, han revelado que el gen Arhgap36 es el principal responsable de esta característica.
El gen Arhgap36, además de ser responsable del color naranja en los gatos, causa problemas de desarrollo en otros animales cuando presenta anomalías. Sin embargo, en los felinos, su expresión excesiva parece limitarse a las células pigmentarias, sin afectar la salud o el bienestar general de los gatos. Esto desmiente mitos populares, como la supuesta menor inteligencia de los gatos naranjas, un estereotipo ampliamente difundido en las redes sociales pero sin base científica.
La base genética de los gatos naranjas
Los estudios realizados en la Universidad de Stanford y la Universidad de Kyushu marcanun antes y un después en la comprensión del pelaje de los gatos naranjas. Ambos equipos se centraron en el gen Arhgap36, cuya expresión es hasta 13 veces mayor en las células de estos felinos en comparación con gatos de otros colores. Este gen bloquea la producción de eumelanina (un pigmento oscuro) y fomenta la producción de feomelanina, responsable de los tonos rojizos y anaranjados.
La eumelanina y la feomelanina son los dos pigmentos clave responsables de los colores en el pelaje de los mamíferos. Mientras que la eumelanina genera tonalidades marrón oscuro o negro, la feomelanina produce tonos amarillentos, rojizos y anaranjados. En la mayoría de los mamíferos, la actividad de estos pigmentos está regulada por el gen MC1R, que decide cuál de los dos pigmentos se activa.
Según Lluís Montoliu, biólogo e investigador del CSIC, si el gen MC1R activa una hormona llamada alfa-MSH, se produce eumelanina, resultando en colores oscuros. Por otro lado, si se activa una proteína antagonista, como la ASP (proteína agouti de señalización), las células generan feomelanina, dando lugar a tonos más claros y anaranjados. Este mecanismo subyacente también se aplica a los gatos naranjas, pero con una peculiaridad genética que los hace únicos.
Para su análisis, los investigadores trabajaron con una base de datos que incluía 188 gatos, de los cuales 145 eran naranjas, 6 eran calicó o carey (con varios colores), y 37 tenían otros tonos. El equipo de Hidehiro Toh, genetista de la Universidad de Kyushu, confirmó que la expresión elevada del gen Arhgap36 altera la producción de pigmentos, llevando a los característicos colores anaranjados.
Diferencia entre machos y hembras
Uno de los aspectos más interesantes de estas investigaciones es la diferencia en cómo el gen Arhgap36 se expresa en machos y hembras. En los gatos naranjas, esta mutación se encuentra en el cromosoma X. Los machos, que tienen una combinación XY, expresan el color naranja de forma uniforme en todo su pelaje, ya que sólo tienen una copia del cromosoma X. Las hembras, por otro lado, tienen dos cromosomas X (XX), lo que genera un fenómeno conocido como inactivación al azar de uno de los cromosomas en cada célula.
Esta inactivación explica por qué las hembras muestran manchas naranjas intercaladas con otros colores. Este patrón, conocido como mosaico, da lugar a las famosas gatas calicó o carey, que presentan combinaciones únicas e irrepetibles de colores. Según Montoliu, este proceso ocurre de forma aleatoria durante el desarrollo embrionario, lo que también determina el tamaño de las manchas: cuanto más tarde se produzca la inactivación, más pequeñas serán las manchas.
Gatas calicó y carey
Las gatas calicó se caracterizan por tener un pelaje tricolor que alterna tonos naranjas, negros o marrones con blanco. Éste último color se debe a una mutación que afecta a la proliferación y diferenciación de los melanocitos, células responsables de la pigmentación. Por otro lado, las gatas carey tienen un patrón desordenado que combina manchas naranjas y negras sin la presencia de blanco.
Montoliu explica que estos patrones son únicos porque la inactivación del cromosoma X ocurre de manera aleatoria durante el desarrollo embrionario. Además, en raras ocasiones, las gatas pueden ser completamente naranjas si no se produce la inactivación en sus cromosomas. Del mismo modo, aunque es muy poco común, algunos machos pueden presentar patrones calicó debido a alteraciones cromosómicas, como el síndrome XXY.
Los recientes hallazgos sobre el gen Arhgap36 no sólo resuelven un misterio de 60 años, sino que también destacan la complejidad y belleza de la genetíca felina. Gracias a estos estudios, sabemos que el color naranja en los gatos es el resultado de una expresión genética precisa, que también explica las diferencias entre machos y hembras.