Vanesa Lillo

Una diputada de Podemos en Madrid admite lo que Sánchez e Iglesias ocultan: «Europa nos exigirá ajustes»

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Vanessa Lillo, diputada de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, ha reconocido, en una charla telemática, que la Unión Europea interpondrá «condiciones» cuando España tenga que devolver los millones que recibe del fondo de reconstrucción ‘Next Generation EU’.

Aunque el argumentario oficial de Podemos pasa por negar sistemáticamente que Bruselas exigirá recortes por entregar los 140.000 millones de euros, esta diputada se descuelga reconociendo que habrá exigencias de hacer «ajustes». Lillo, miembro de Izquierda Unida (IU) y del Partido Comunista (PCE), admite que si España tiene una deuda con Europa, Bruselas pondrá condiciones duras para organizar la devolución de las cuantías entregadas.

«Necesitamos mucho más dinero y esto me lo llevo a lo que se ha aprobado en Europa, 750.000 millones para los países de la UE. De los cuales, nos van a dar a España 149.000. De esos, hay parte, no me quiero equivocar, que deben ser 60.000 millones que se tienen que devolver», comienza exponiendo en su alocución.

En este punto, alerta: «Ojo, veremos qué sucede porque ya vemos que puede ser a cambio de austeridad». «Veremos qué condiciones nos pone Europa para devolverse dinero. Estamos viendo que posiblemente vamos a tener que pelear mucho para que esas medidas que se tomen no vuelvan a ser recortes como la crisis de 2008», expresa la diputada madrileña. Enfatiza así que llegarán movilizaciones en la calle para tratar de frenar esos ajustes que exigirá Europa.

Lillo señala directamente a «la reforma laboral de 2012 que se iba derogar». Deja caer que se tendrá que retrasar esa maniobra legal que tanto quiere Podemos. «Entendemos que cuando se habla de flexibilizar el mercado laboral son abaratar los despidos entre otras medidas», avisa la parlamentaria.

Por otra parte, e inmediatamente a continuación, insinúa que las exigencias que lleguen desde las instituciones comunitarias es la liberalización del suelo. «En Madrid ya nos han dicho que esta crisis la vamos a pagar las mismas (sic.) que en 2008, ¿cómo? Pues a través del ladrillo con una nueva ley de suelo que liberaliza el mercado para que unos pocos hagan negocio», valora Lillo.

Cartel del evento.

Estas declaraciones se enmarcan en la charla ‘Covid-19 y alternativas a la crisis’ en la que, junto a Lillo, participaron el pasado domingo Irací Hassler, concejala de Santiago de Chile y dirigente del Partido Comunista de Chile, y Heidy Sánchez, concejala en Bogotá y alto cargo del Partido Comunista Colombiano. Ejerció de moderadora Ana Nates, secretaria política de Juventud Comunista Colombiana, formación chavista y marxista – leninista.

«Reventar el sistema»

Vanessa Lillo ya protagonizó titulares de medios de comunicación cuando en otra charla virtual informal desveló que la estrategia política de su formación pasaba por «aprovechar la oportunidad» que deja el coronavirus para cambiar el modelo económico y político.

«Si algo está poniendo en evidencia el coronavirus es que a este sistema le revientan las costuras. Tenemos que aprovechar esta oportunidad. La derecha por eso está poniendo en valor continuamente a los Amancios Ortega de turno, pero lo que no dicen es que Madrid es un paraíso fiscal», señaló la parlamentaria morada en una charla telemática de Izquierda Unida Madrid.

Lillo consideraba que este momento es clave para acabar con la Sanidad privada. «Es imprescindible unos servicios públicos fuertes, la derecha pretende hacernos ver que es la iniciativa privada la que nos tiene que salvar. Hay que intervenir ya la Sanidad privada madrileña. Se anunció hace semanas un mando único y todavía no sabemos qué se ha hecho», apuntaba la diputada. «Queremos saber qué recursos sanitarios privados se han puesto a disposición de la gestión del coronavirus», pedía.

«Cuando hablamos que ahora se nos pide lealtad institucional, yo creo que es la lealtad con el interés general. Eso conlleva denunciar todas aquellas medidas que antepongan el beneficio privado por encima del bien común», agrega Vanessa Lillo sobre posibles expropiaciones desde una habitación presidida por una bandera tricolor de la segunda república.

«Cuando pase todo esto, tenemos que tener claro que cuando vaciemos los balcones será para llenar las calles como lleva haciendo tiempo la marea blanca», agrega la diputada avanzando una oleada de movilizaciones y conflictividad social en los próximos meses.

Por otra parte, Lillo cargaba contra el Ministerio de Defensa por la implicación del Hospital Militar Gómez Ulla en la crisis. «¿Esto qué es? ¿suelta el dinero y te da igual que tenga una precariedad laboral que te cagas (sic.) o qué uso se dan a estas instalaciones?», se preguntaba la diputada.

Así mismo, mostraba su «inquietud» por el cierre de centros de atención primaria. «No queremos que cuando pase esta crisis la política sanitaria se siga reduciendo este servicio fundamental. Nos pueden decir, mira, hemos salido de esta sin atención primaria, no pasa nada», puntualizaba Lillo acompañada del enfermero Guillén del Barrio, el sindicalista que protagonizó una polémica al dar entrevistas en televisiones sin ser identificado como candidato de Podemos; Esther Alía, trabajadora de la Sanidad pública madrileña y militante del Partido Comunista de España y Daniel Cuesta, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares.

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