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El ex edil del PSOE de Madrid acusado de agresión sexual ante la juez: «Le di un masaje de relajación»

El ex concejal se enfrenta a una petición de 18 meses de cárcel por parte de la Fiscalía y la acusación

Chema Dávila ha señalado sobre la denunciante: "Me dijo que estaba tratándose por depresión y ansiedad"

Chema Dávila, ex concejal del PSOE de Madrid, ha sido juzgado este jueves en la Audiencia Provincial de Madrid acusado de agresión sexual por parte de una ex militante de Juventudes Socialistas. «Le di un masaje de relajación», ha reconocido el ex edil en la vista cuyo contenido desvela en exclusiva OKDIARIO. Por el contrario, la denunciante le acusa de tocamientos en las partes íntimas de ambos, lo que él, por el contrario, niega con gran tranquilidad y sin conmoverse.

El fiscal, que pide para él 18 meses de cárcel, le ha preguntado: «¿Le dijo usted que se quitara la camiseta?» y Dávila ha respondido: «No, no tiene sentido hacer eso. La casa no estaba en condiciones. Estábamos en noviembre y hacía un poquito de frío porque en la casa, por sus condiciones socioeconómicas, no tenía regularmente la calefacción puesta».

Por su parte, su abogado defensor ha tratado de desacreditar el testimonio de la denunciante. Ha asegurado que ha variado su versión de los hechos en la comisaría policial, donde 5 días después de la noche de autos denunció, en el juzgado de instrucción, en sus conversaciones con otro dirigente socialista de su confianza y en el juicio oral que ha presenciado este periódico.

Por otro lado, el propio Dávila –que en la fecha de los hechos tenía 49 años– en su uso al derecho a la última palabra ha subrayado que la militante que le denuncia –que tenía 27 años– tenía un tratamiento psiquiátrico prolongado. Antes de su controvertido encuentro ella consumía pastillas, el día de su acercamiento también las tomó y en las jornadas posteriores también. Sus visitas al hospital eran habituales. El que fuera concejal del grupo municipal de Puri Causapié en Cibeles defiende que la visita que realizó a su piso en Lavapiés no empeoró el diagnóstico mental de la denunciante, como sí defiende la joven. Su abogado defensor ha llegado a hablar de bipolaridad.

Por el contrario, la abogada de la militante ha subrayado que «el acusado conocía la situación de especial vulnerabilidad de esta joven». «Así mismo ella se lo había manifestado. Sabía de todos y cada uno de los problemas que ella había tenido de salud y de dinero. Se encontraba una situación de precariedad en todos los ámbitos, en el ámbito personal y económico. El acusado aprovechó esta circunstancia de superioridad. Era una joven que tenía unos problemas de ansiedad y unos problemas de control de su medicación», ha agregado.

La declaración de la denunciante se ha desarrollado por videoconferencia, ya que prefería no coincidir con Dávila. Además, ha relatado que ha tenido que dejar de vivir en Madrid y militar en el PSOE. A la pregunta de si el ex concejal madrileño le dijo que le podía facilitar algún trabajo, la joven ha confirmado: «Eso es. Él conocía al director de un periódico digital y como yo me dedico al audiovisual, me dijo que hablaría con él. De hecho, creo que le escribió estando en mi casa».

Por el contrario, la defensa de Dávila ha argumentado que la denuncia contra él benefició laboralmente a la joven. «La consecuencia de denunciar a Chema Dávila es que le contrataron como asistente del PSOE en el Senado, aunque ella siempre trabajó en la sede de Ferraz. La consecuencia del archivo de su denuncia al diputado Javier Guardiola fue que la despidieron», ha expuesto.

Guerra política

El caso lo van a sentenciar un tribunal compuesto por dos magistrados y una magistrada. La juez que ha presidido la vista se ha mostrado contrariada porque las diferentes partes sacaban a relucir posibles enfrentamientos políticos. «No vamos a entrar en política, ni si son rivales o no lo son. Eso es una cuestión absolutamente ajena a este proceso. No, no me aclaré nada. No me discuta. Que no me discuta y formule preguntas», ha reprendido la magistrada con firmeza.

En este sentido, otro de los asuntos que han planeado en el juicio es si Dávila era un superior jerárquico de la denunciante. Él era presidente de la agrupación del PSOE del distrito madrileño de Centro. Ella era la secretaria de organización de Juventudes Socialistas en Centro. Sin embargo, Dávila ha dicho que su puesto no tenía poder político. «Las agrupaciones locales de unos años a esta parte no pintamos prácticamente nada. Ni a nivel orgánico ni a nivel de posición de poder. El partido se ha estructurado de una forma mucho más piramidal con una persona que manda [Pedro Sánchez] y los demás estamos un poco ahí… Hacemos una labor casi de conserje del espacio físico que tenemos o una labor de presidente de una comunidad de vecinos. Ahí no hay una jerarquía. Además, su participación más bien era en Juventudes Socialistas, que es una organización independiente que tiene otros mecanismos».

A este respecto, la defensa de la denunciante, que ahora vive en Navarra y teletrabaja para una empresa catalana, ha subrayado que consta en el sumario mensajes de ella con amigos donde temía su poder en el PSOE de Madrid de judicializar su «masaje»: «A Chema no le puedo denunciar, él es el secretario general de Centro, nos tenemos que llevar bien».

El juicio queda listo para sentencia. El tribunal tendrá que valorar si se cree a la joven de 29 años y considera que los hechos son abuso sexual –ahora tipificado como agresión sexual– o no dan por buena su versión. La visita de un dirigente del PSOE de Madrid al pequeño piso de Lavapiés el 10 de noviembre de 2021 para dar un «masaje relajante» en un estrecho sofá será objeto análisis judicial. Igualmente, deberán determinar si corresponde el pago de 20.000 euros que pide la denunciante en concepto de responsabilidad civil y reparación de los daños morales.