Investigación

El catalán que puso la bandera española ha pasado 6 meses en prisión por una denuncia falsa de los Mossos

El Juzgado de Instrucción número 8 de Manresa ha archivado la causa abierta contra Raúl Macià, el catalán al que los Mossos d’Esquadra enviaron a prisión después de que colocara la bandera española en el balcón del Ayuntamiento de Balsareny (Barcelona).

Raúl Macià lleva ya seis meses ingresado en el centro penitenciario de Lledoners (Manresa) y, tras esta resolución, ahora está a la espera de que la Junta de Tratamiento dé el visto bueno a su puesta en libertad.

En su declaración ante la juez, dos agentes de los Mossos reconocieron que, cuando pusieron en marcha el dispositivo policial contra Raúl Macià, cumplían instrucciones de los independentistas de la ANC y de tres concejales de ERC, entre los que se encontraba el actual alcalde de Balsareny, Isidre Viu.

En la operación participó también un mosso independentista que es cuñado del alcalde de ERC y que, vestido de paisano, daba instrucciones a sus compañeros. La juez imputó a estos tres agentes por los presuntos delitos de amenazas, coacciones y contra la integridad moral de Raúl Macià. Sin embargo, atendiendo al recurso presentado por la abogada de la Generalitat, la magistrada ha sobreseido provisionalmente la causa, tanto en lo que se refiere a Macià como a los tres agentes.

Una procesión de antorchas de la ANC

En su auto dictado el pasado día 5, la juez constata que «en la localidad de Balsareny existe un problema de convivencia entre algunos de sus ciudadanos por el conflicto político que existe actualmente en Cataluña». Y sitúa en este contexto la «situación desagradable y de tensión»en la que se produjo el enfrentamiento entre Raúl Macià y los Mossos d’Esquadra.

Los hechos ocurrieron en la noche del 10 de septiembre, cuando Raúl Macià salió a dar un paseo por Balsareny con un grupo de amigos, acompañados por sus hijos (entre los que se encontraba un pequeño de 18 meses), como ha informado OKDIARIO.

Pronto, el grupo se vio rodeado por cuatro coches patrulla de los Mossos d’Esquadra. Los agentes identificaron a Raúl y sus amigos, les retuvieron durante 20 minutos y les advirtieron que no podían acercarse a las dos plazas del pueblo en las que la ANC estaba celebrando un acto independentista: una procesión de antorchas que reunió a 700 personas en la víspera de la Diada del 11-S.

Los nueve amigos pudieron seguir luego su camino, seguidos en todo momento por un coche patrulla. Cuando se encontraban a dos calles de la plaza en la que se habían congregado los separatistas, apareció un furgón de antidisturbios de los Mossos. Se bajaron nueve agentes uniformados  y se dirigieron en formación a Raúl y sus amigos, ordenándoles que se dispersaran.

Iban con sus hijos menores de edad

Al día siguiente, los Mossos telefonearon a Raúl para informarle de que le habían denunciado y debía acudir a declarar en Comisaría. Le acusaban de boicotear el acto de los independentistas, al que ni siquiera se había podido acercar.

Ante la juez, los mossos explicaron que habían puesto en marcha este dispositivo policial porque la ANC y tres concejales de ERC habían hecho llegar a la Comisaría de Manresa un aviso según el cual un grupo de peligrosos «españolistas» (entre los que mencionaron expresamente a Macià) tenían previsto boicotear el desfile de antorchas que los independentistas habían convocado en Balsareny.

En su auto dictado el pasado día 5, la juez de Manresa considera absolutamente inverosímil que Raúl Macià tuviera tal intención, ya que recorría el pueblo con su novia y con otras parejas, todos ellos acompañados por sus hijos menores de edad.

En aquel momento, Macià ya había cobrado una gran notoriedad: en las redes sociales se había hecho viral el vídeo en el que se encaramaba a un coche para colgar la bandera española en la fachada del Ayuntamiento de Balsareny, porque el alcalde se negaba a colocarla.

Le vincularon con «explosivos»

Los Mossos conocían que Raúl Macià se encontraba en libertad condicional por unos hechos ocurridos hace casi 10 años (se vio involucrado de joven en el robo a unos narcos en 2009, cuando trabajaba en una discoteca de Barcelona, como él mismo ha relatado en una entrevista a OKDIARIO).

En el mismo atestado dirigido a la juez, los Mossos incluyeron otro incidente del que Macià era completamente ajeno: en un control realizado aquella noche en el otro extremo del pueblo, los agentes habían identificado a otro vecino de Balsareny que portaba unos nunchacos en el maletero del coche.

El hecho de que los Mossos incluyeran en su atestado contra Macià una referencia a este incidente, como un presunto delito de «tenencia ilícita de armas y explosivos», bastó para que a la Junta de Tratamiento enviara de nuevo a Raúl Macià a prisión. Ahora se encuentra a la espera de que se decrete su libertad provisional, tras el archivo de la causa dictado por la juez de Manresa.