Investigación
Operación Titella

La banda de José Luis Moreno montaba falsas oficinas con actores para engañar a directores de bancos

La Policía asegura en un informe que los engaños a la banca habrían supuesto 12,5 millones de botín para la organización criminal

Los investigadores identificaron al menos a 41 empleados de banca relacionados con la trama

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  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Una de las partes troncales del negocio ilícito de la organización desmantelada en la operación Titella y en cuya cúspide los investigadores sitúan a José Luis Moreno eran los bancos. No en vano, en los registros se encontraron multitud de talonarios de pagarés de diferentes entidades bancarias para practicar el método conocido como ‘Peloteo de pagarés’. Los investigadores creen que la banda logró sobornar y captar a empleados de banca y, de hecho, algunas entidades son denunciantes de los hechos. Pero, ¿qué sucedía si el director de una sucursal se resistía al soborno o se mostraba implacable con las condiciones de la concesión de un préstamo? OKDIARIO ha tenido acceso a las fotografías policiales que demuestran cómo montaban falsas oficinas de empresas ficticias usando actores y atrezzo que colocaban horas antes de recibir al empleado del banco al que querían convencer de su actividad empresarial. Al final de la visita, lo metían todo en una furgoneta y desaparecían.

Como si de la genial película El Golpe se tratara. En el largometraje de Paul Newman y Robert Redford, un grupo de delincuentes quieren vengar la muerte de un amigo estafando a uno de los mayores capos de Estados Unidos, para lo que montan una oficina de apuestas hípicas falsa: con el engaño consiguen desplumar al incauto. Mucho menos romántico, pero igual de elaborado, es el engaño que los investigadores han descubierto durante la investigación que acabó con la detención de José Luis Moreno por presuntamente, entre otros muchos delitos, defraudar a entidades bancarias con el método del ‘Peloteo de pagarés’. Los propios agentes lo explican en los informes policiales a los que ha tenido acceso este periódico: “La operativa fraudulenta consistente en el abono creciente de remesas de pagarés al portador con cargo a cuentas de dichas empresas en otras entidades, y la disposición inmediata de esos fondos, antes de cumplirse el plazo de devolución interbancario, con el objeto de obtener una financiación irregular y, por otra parte, cubrir las compensaciones de cheques pagarés”.

De esta parte del fraude los investigadores responsabilizan a Moreno como conocedor de los hechos y a dos de sus presuntos cómplices como los encargados de que fuera posible. Para poder llevar a cabo la operativa, requerían de empresas constituidas por la propia trama y que carecían de ningún tipo de actividad, talonarios de pagarés de diferentes entidades bancarias a nombre de las citadas empresas y, lo más importante, el dinero.

41 empleados de banca

Los investigadores han detectado los nombres de 41 empleados de banca en la investigación que podrían haber sido contactados por la organización para obtener ese capital. Algunos de estos empleados podrían estar a sueldo de la organización y no le hacían ascos al tráfico incesante de pagarés entre las empresas pantalla. Otros empleados simplemente habían sido más o menos laxos a la hora de conceder préstamos, créditos ICO vinculados a la situación de pandemia o cualquier otro producto financiero. Una vez obtenido el dinero se redactaba un pagaré contra la cuenta de la empresa pantalla y el crédito nunca se devolvía. A la hora de reclamar a la empresa, lo que se encontraba el banco era una oficina vacía o en el mejor de los casos un lugar en el que nadie había oído hablar esa empresa.

Pero el colmo de la creatividad de la banda fue registrado por el dispositivo de vigilancia policial en julio de 2020. El grupo estaba tratando de convencer a un tal Ángel, director de una sucursal del banco Sabadell, para la obtención de un crédito empresarial. Sobre el papel todo parecía correcto, pero Ángel no parecía terminar de fiarse de los peticionarios del dinero, así que exigió una visita a las oficinas de la compañía para confirmar su existencia, su actividad y por lo tanto su necesidad real de financiación y capacidad para devolver préstamos. “Ningún problema”, debieron decir los presuntos cómplices de José Luis Moreno, quienes citaron al director del banco en sus oficinas.

La Policía fotografío y constató que para esa visita uno de los líderes de la organización fletó una furgoneta desde Murcia con varias personas y material de oficina que llegó en cuestión de horas a Madrid, concretamente a Alcobendas. Cuando el director del banco llegó al lugar de la cita, un edificio de alquiler de oficinas se encontró lo esperado: actividad laboral, ordenadores, personal trabajando. La cita terminó, el director del banco salió de la oficina y mientras el presunto cómplice de Moreno se marchaba del lugar en un Audi A8, un coche de alta gama siempre ayuda en estas farsas, el personal de la empresa ficticia recogía mesas, sillas, ordenadores y junto con todo se subían a la furgoneta de la empresa rumbo de nuevo a Murcia. Hasta el vehículo aparcado a las puertas del local elegido para el engaño llevaba rotulado el nombre de una empresa que sólo servía para una cosa según la Policía: formar parte del movimiento de un dinero que nunca había producido para perderlo en un laberinto de transferencias instrumentales. Se calcula que así defraudaron 12’5 millones de euros.