Internacional
Elecciones EEUU 2020

Washington se blinda ante la amenaza de revueltas el día de las elecciones presidenciales

Los comercios de Washington DC se blindan. Las maderas de cinco metros cubren los escaparates de los edificios de la ciudad para protegerlos ante la amenaza de revueltas de cara al martes 3 de noviembre, día de las elecciones presidenciales.

Los dueños de los establecimientos temen que se repitan escenas como las vividas hace unos meses por los grupos Antifa y la parte radical de Black Lives Matter. «Se trata de medidas preventivas», sostiene la dueña de un establecimiento. «Estamos muy cerca de la Casa Blanca y esta zona fue una de las más castigadas durante las últimas protestas en Washington DC», añade.

«En 2016, cuando Donald Trump ganó las elecciones presidenciales, las grandes ciudades de EEUU- Chicago, Nueva York, Los Ángeles y Washington- protagonizaron dos meses de protestas. Son grandes ciudades con una gran población demócrata», asegura Ron Aledo, analista político.

Ron Aledo: «Son mayoritariamente jóvenes blancos, universitarios y están organizados. Se mueven desde un punto de vista ideológico».

En estas protestas radicales se juntan dos grupos: el movimiento Antifa y la parte más radical de Black Lives Matter. Los grupos Antifa se distinguen del resto de manifestantes por vestir íntegramente de negro, se hacen llamar ‘El Bloque Negro’, en señal de protesta con la desigualdad racial. «Son mayoritariamente jóvenes blancos, universitarios y están organizados. Se mueven desde un punto de vista ideológico», explica Aledo. «Se comunican a través de grupos de Facebook, WhatsApp y chats rooms», añade. La filosofía de esta organización es la acción directa, buscan la confrontación y hacer sentir su voz en las protestas.

Por su parte, la parte radical de Black Lives Matter está formada, mayoritariamente, «por personas de raza negra, de clase obrera, marxistas declarados» a los que se suman personas que simplemente «acuden a las protestas para aprovechar y delinquir», afirma Aledo. El movimiento comenzó en el año 2013 como un hashtag en las redes sociales para protestar por la absolución de George Zimmerman, un hombre que disparó mortalmente a un adolescente afroamericano llamado Trayvon Martin. A partir de entonces, se ha utilizado cada vez que ha ocurrido un acto desproporcionado de fuerza, especialmente, entre la policía y un afroamericano.

A pesar de que en EEUU el derecho a portar armas está recogido en la Constitución, «es muy improbable que los grupos Antifa acudan a las protestas armados», sostiene  el analista político, Ron Aledo. «Lo más habitual es que o bien seguidores de Trump o grupos pro Trump, vayan a sitios vulnerables (establecimientos, pequeños comercios o viviendas) y vayan armados como método disuasorio. De esta manera protegen al americano de los actos de violencia».

A diferencia de España, la policía no depende de un Ministerio del Interior. Cada cuerpo de policía responde ante el alcalde de la ciudad. «En EEUU existen 17.000 departamentos de policía individuales el uno del otro», explica Aledo. «En las grandes ciudades, como Washington, la policía está bajo grandes presiones políticas. Muchas veces tratan de minimizar sus actuaciones y les piden que traten con guante blanco a los protestantes».