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Los técnicos trabajan contrarreloj para evitar el desborde de la presa de California

Los técnicos trabajan contrarreloj para reparar la esclusa de emergencia de la presa del lago Oroville, en el norte del estado de California, ante el creciente peligro de desbordamiento. Ante el riesgo de riada, las autoridades han ordenado la evacuación de más de 100.000 personas.

Los técnicos intentan reparar la erosión de la esclusa utilizando sacos de piedras para taponar la fuga y evitar así una crecida descontrolada del río Feather, según informa el periódico Los Ángeles Times. El domingo, los operarios ya lograron sacar agua de la esclusa dañada para rebajar la presión en el marco de unos trabajos que los expertos estiman que costarán al menos 200 millones de dólares.

Mientras, la meteorología parece que no ayudará, con previsión de lluvias intensas a partir del miércoles. Las precipitaciones previsiblemente provocarán una crecida en el lago Oroville.

La presa se encuentra en niveles muy altos tras las intensas lluvias y nevadas de las últimas semanas y después de cinco años de sequía. Las previsiones apuntan a que será uno de los inviernos más húmedos de la historia en el norte de California.

La población de la zona fue alertada el domingo por las fuerzas de seguridad después de que un grupo de ingenieros detectaran una serie de daños estructurales en uno de los principales aliviadores de la presa.

«La Policía ha ordenado que evacuemos la zona. Ya hemos pasado por esto antes. Tenemos dos niños y un perro. Hemos metido en el coche todo lo que hemos podido», ha indicado Kaysi Levias, residente en la ciudad de Oroville. «Estoy sorprendido y enfadado», ha señalado el marido de Levias.

Graves inundaciones

Las autoridades locales, que han afirmado que los daños podrían provocar graves inundaciones en las inmediaciones de la presa, han ordenado evacuar las localidades de Oroville, Gridley, Live Oak, Marysville, Wheat Land, Yuba City y Plumas Lakey Olivehurst.

Los Servicios de Rescate de California han desplegado en la zona, que se encuentra a unos 200 kilómetros de San Francisco, cerca de 250 efectivos para facilitar las evacuaciones. Por otra parte, las autoridades han detectado un descenso de los niveles de agua en el lago Oroville, desde el cual se ha derivado la corriente proveniente del área dañada.

Los ingenieros que trabajan en las inmediaciones de la presa han afirmado que la situación ha evolucionado de forma paulatina, según el sheriff del condado de Butte, Kory Honea. Varios medios de comunicación han señalado que las autoridades enviaron el domingo helicópteros a la zona en un intento por tapar el agujero registrado en el desagüe de la presa.

«Una vez que la estructura está dañada, como en este caso, la situación se vuelve catastrófica», ha aseverado el director del Departamento de Recursos Hídricos de California, Bill Croyle, que ha afirmado que el estado de la presa sigue siendo impredecible.

Croyle ha aconsejado no desplazarse hacia el norte y ha indicado que, a pesar de que «la integridad estructural de la presa no se ha visto afectada, ordenar las evacuaciones ha sido una decisión sensata».