El Supremo de EEUU prohíbe los despidos por razones de orientación sexual y ampara a los trabajadores LGTB

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El Tribunal Supremo de Estados Unidos avaló en junio de 2015 el matrimonio homosexual. La Casa Blanca se ilumina para la ocasión. (Foto: Molly Riley/AFP)

La Corte Suprema de Estados Unidos emitió el lunes un fallo histórico en favor de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transgénero), y dictaminó que nadie puede ser discriminado en su trabajo debido a su orientación sexual.

En un revés al gobierno del presidente Donald Trump, el máximo tribunal del país decidió por seis votos contra tres que el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación a empleados «por razones de sexo», también abarca a la comunidad LGBT. «Hoy tenemos que decidir si alguien puede ser despedido simplemente por ser homosexual o transgénero», dijo la Corte. «La respuesta es clara»: la ley «lo prohíbe».

Algunos tribunales, así como el gobierno del presidente republicano, consideraban que esa norma federal aplicaba solo a la distinción hombres/mujeres y no a las minorías sexuales. Pero el lunes Trump consideró la decisión «muy poderosa». «Ellos dictaminan y nosotros vivimos con su decisión», dijo sobre los altos jueces.

Antes de este fallo, excepto en una veintena de estados que adoptaron mecanismos de protección específica, en más de la mitad del país los trabajadores podían ser despedidos o denegados de promociones debido a su orientación sexual.

Activistas por los derechos de la comunidad LGBT, así como políticos demócratas y varias empresas importantes, entre ellas Apple, General Motors y Walt Disney, habían pedido a la Corte que se pronunciara sobre quiénes estaban amparados por la legislación. «Esta es una gran victoria para la igualdad», celebró James Esseks, uno de los líderes de la influyente Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).

Abiertamente homosexual, Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple, aplaudió el dictamen.

Joe Biden, probable rival demócrata de Trump en las elecciones de noviembre, también aplaudió este «significativo paso adelante». «Hasta ahora en más de la mitad de los estados», las personas LGBT «podían casarse un día y ser despedidas de su trabajo al día siguiente según la ley estatal», dijo Biden, vicepresidente cuando la Corte falló a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2015.

«Los límites de la imaginación»

Después de ese hito, los activistas por los derechos humanos temían que los dos nuevos jueces conservadores nombrados por Trump a la Corte Suprema obstaculizaran nuevos avances.

Sin embargo, fue uno de ellos, Neil Gorsuch, redactor de la decisión mayoritaria, quien se unió a los cuatro jueces de corte progresista y al presidente del tribunal, John Roberts.

Los autores de la ley de 1964 «sin duda no anticiparon que su trabajo llevaría a esta conclusión», escribió Gorsuch. «Pero los límites de la imaginación de los redactores no son motivo para ignorar las demandas de la ley».

Brett Kavanaugh, el otro juez elegido por Trump, se opuso, considerando que actualizar la ley compete al Poder Legislativo, no al Judicial. Sin embargo, dijo que más allá de esta «preocupación», la decisión representa una «importante victoria» para la comunidad LGBT, señalando que «pueden estar orgullosos de este resultado».

«La lucha de Aimee»

La Corte Suprema falló en tres casos separados. Dos involucraban a trabajadores homosexuales: un instructor de paracaídas, Donald Zarda, y un trabajador social, Gerald Bostock, que habían emprendido acciones legales después de ser despedidos a causa de su orientación sexual. 

Como muestra de la confusión jurídica reinante, los tribunales dieron la razón al primero y desestimaron el segundo. Por primera vez en su historia, la Corte Suprema también examinó el caso de una persona transgénero, Aimee Stephens. 

Después de haber trabajado como hombre durante seis años en una funeraria, le había anunciado al dueño que tenía la intención de asumir su identidad como mujer, ante lo cual este lo despidió en nombre de sus valores cristianos y «por respeto a las familias» de los fallecidos.

Stephens se embarcó entonces en una cruzada judicial para reivindicar a una minoría invisible. Pero a causa de una insuficiencia renal severa, murió el 12 de mayo a los 59 años sin conocer la decisión de la Corte. «Estoy agradecida por esta victoria que honra la lucha de Aimee y garantiza un trato igualitario hacia las personas independientemente de su orientación sexual o su identidad», dijo su viuda, Donna Stephens, en un comunicado.

Entre los líderes demócratas que elogiaron el fallo está Pete Buttigieg, el otrora reservista de la Marina y exalcalde de South Bend, Indiana, que se convirtió en la primera persona abiertamente homosexual en postularse para la nominación presidencial demócrata.

La estrella del pop Taylor Swift también elogió la decisión: «Todavía tenemos un largo camino por recorrer para alcanzar la igualdad, pero este es un hermoso paso hacia adelante», tuiteó.

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