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El Papa rotundo contra el aborto: «Es un homicidio y los médicos que lo practican son sicarios»

El Papa beatificará al rey Balduino de Bélgica por luchar en contra del aborto

El Papa Francisco ha afirmado este domingo que los abortos son un «homicidio» durante una rueda de prensa en su viaje de vuelta tras su visita a Bélgica y Luxemburgo. El Pontífice realizó estas declaraciones después de anunciar que iniciará en el Vaticano la causa de beatificación del rey de los belgas Balduino porque dijo que fue «valiente» ante una ley de «muerte» (en referencia al aborto): «Él no firmó y renunció».

«Se necesita valentía, se necesita ser un político con pantalones para hacer esto» y «en esto ha dado un ejemplo y es un santo y por eso el proceso de beatificación irá adelante», añadió el pontífice, que levantó la polémica este sábado tras calificar de «asesina» la ley del aborto durante su visita a la tumba de Balduino en Bruselas.

Durante la mencionada rueda de prensa, el máximo representante de la Iglesia afirmo que las mujeres tienen «derecho a la vida, pero también a la de sus hijos». «Un aborto es un homicidio (…). Se mata a un ser humano y los médicos que se prestan a esto son, permitidme la palabra, son sicarios» y «sobre esto no se puede discutir, pues se asesina una vida humana», agregó.

Otro punto que ha causado polémica han sido sus palabras sobre la mujer y la posición conservadora de la Iglesia sobre el sacerdocio femenino. Una vez que le preguntaron, el Sumo Pontífice dijo que él siempre habla de la dignidad de la mujer y que en la Iglesia es más «importante» la mujer que el hombre: «Si esto les parece conservador (…), yo soy Carlos Gardel», dijo visiblemente molesto.

El Papa habló sobre los abusos a menores

Otro de los temas que el Papa ha tocado estos días ha sido sobre los abusos a menores en la Iglesia Católica. Durante esa intervención, el Papa dijo que se estaba afrontando con «decisión y firmeza, escuchando y acompañando a los heridos y poniendo en marcha un programa capilar de prevención en todo el mundo».

Asimismo, el Santo Padre ha instado a la Iglesia a asumir «la vergüenza de los abusos a menores» para que «no vuelva a suceder». «Hoy en la Iglesia misma existe este delito y la Iglesia debe avergonzarse y pedir perdón. Debe tratar de resolver esta situación con humildad cristiana. Si un abuso es suficiente para avergonzarse, la Iglesia debe pedir perdón por ello», ha sentenciado: «Esta es nuestra vergüenza y nuestra humillación».

Por otro lado, el Papa se ha referido también al caso de los niños robados revelado en 2015, el de los cerca de 30.000 bebés arrebatados a sus familias entre 1945 y 1980 para darlos en adopción, una trama que contó con la complicidad de la Iglesia.

El «fenómeno de las adopciones forzadas» es un asunto que «entristece» a Francisco, ha declarado. Ha calificado los casos como «espinosas historias» en las que «se mezclaba el fruto amargo del crimen y del delito con lo que, por desgracia, era el resultado de una mentalidad extendida en todos los estratos de la sociedad». Tanto, ha insistido, «que quienes actuaban de acuerdo con ella creían en conciencia que hacían el bien del niño y de la madre».