"Plantón nacional"

La oposición venezolana no se rinde y planta cara a Maduro con sentadas en puntos claves del país

Venezuela
Una mujer de la oposición venezolana muestra su rechazo a la dictadura de Maduro (Foto:AFP)

Opositores venezolanos han iniciado este lunes un «plantón» de manifestantes con el que bloquean vías importantes del país, para mantener la presión contra el presidente Nicolás Maduro, quien el domingo reiteró su disposición a celebrar elecciones regionales.

Sentados en la calle, cientos de manifestantes, muchos de ellos vestidos de blanco y con banderas nacionales, han bloqueado una estratégica autopista de Caracas, en el este, y otras vías en las capitales de los estados Mérida, Lara, Anzoátegui y Bolívar.

«Nos plantamos para que Maduro entienda que se tiene que ir. Nos tiene pasando hambre. No consigo leche para mi bebé de 16 meses», protestaba Amalia Durán, ama de casa de 41 años, vecina del popular barrio de Petare.

Agentes de la policía han dispersado este lunes con balas de goma y gases lacrimógenos, según la oposición, una pequeña barricada instalada en La California, este de Caracas, y en Nueva Esparta (Isla Margarita, norte).

La oposición exige elecciones generales y respeto a la autonomía del Parlamento, único poder público que controla, y asegura que seguirá en la calle hasta lograr «restituir el hilo constitucional».

«Las protestas pacíficas en todo el país continuarán hasta que el señor Maduro respete la Constitución y cese su autogolpe. Si no hay respuesta de la narco corrupta cúpula madurista, al finalizar la jornada de este lunes anunciaremos siguientes acciones», advirtió el líder opositor Henrique Capriles.

Lilian Tintori, esposa del opositor radical Leopoldo López, adelantó el «plantón» con una vigilia frente al penal de Ramo Verde, donde está recluido su marido, como protesta porque las autoridades no le han dejado visitarlo en un mes, según declaró.

 «¡Elecciones ya!»

Las protestas, que iniciaron el 1 de abril y dejan ya 21 muertos, se desataron después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicó las funciones del Legislativo. Aunque dio marcha atrás en esa decisión tras la presión internacional, la oposición exige la salida de Maduro del poder.

El presidente socialista dijo el domingo querer «elecciones ya», en referencia a los comicios de gobernadores, postergados y que debieron celebrarse en diciembre pasado.

«Si convocan a elecciones regionales, hay que participar pero seguir en las calles hasta cambiar el poder», reaccionó el diputado opositor Miguel Pizarro.

Los comicios de alcaldes están previstos para este año y las presidenciales para 2018, un adelanto de las cuales es descartado por el gobierno.

«Estoy listo para lo que diga el Poder Electoral», insistió Maduro, quien asumió en abril de 2013 tras vencer por estrecho margen a Capriles, inhabilitado políticamente hace un mes al ser acusado de corrupción como gobernador del estado Miranda.

Siete de cada 10 venezolanos, según las encuestas, rechaza la gestión de Maduro, asfixiados por una crisis económica con severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación considerada la más alta del mundo.

«Vengo porque estoy cansado. Recorrí más de 20 farmacias para comprar un antibiótico sencillo. Esto no puede ser así. Espero que al menos consigamos elecciones», dijo a la AFP Yorwin Ruíz, de 26 años, en el plantón ubicado en el este de Caracas.

Pese a las advertencias de los opositores, Maduro los invitó una vez más a retomar el diálogo, congelado en diciembre luego de que sus adversarios lo acusaran de incumplir acuerdos, que incluían un cronograma electoral.

«Le pido al papa Francisco desde aquí que nos siga acompañando en el diálogo, porque hay una conspiración en Roma contra el diálogo en Venezuela y aquí también», aseguró el mandatario, sin abundar sobre ese complot.

Temores de más violencia

La mayoría de las manifestaciones de este mes degeneró en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que las dispersan con bombas lacrimógenas y balas de goma, y algunas jornadas acabaron en fuertes disturbios y saqueos por las noches.

«Venezuela se planta contra la dictadura (…) a pesar de la represión. No nos vamos a rendir», dijo el vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara.

El gobierno y la oposición se responsabilizaron mutuamente por los hechos de violencia que dejan hasta ahora 21 muertos, cientos de detenidos y heridos, y varios comercios saqueados.

Pero el sábado, miles de opositores se movilizaron escoltados por la policía hasta la sede de la Conferencia Episcopal en una denominada «marcha del silencio», en memoria de los fallecidos, sin mayores incidentes.

El domingo, una protesta improvisada de opositores fue dispersada en San Cristóbal (oeste, fronteriza con Colombia) después del clásico del fútbol venezolano entre Deportivo Táchira y Caracas FC.

La noche del viernes hubo pequeñas protestas y brotes de disturbios. El jueves una batalla campal en el sector popular de El Valle, con tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

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