Miles de rusos marchan en el aniversario del asesinato de Nemtsov frente al Kremlin
Hace un año Boris Nemtsov era tiroteado cerca de los muros del Kremlin cuando regresaba a su casa con su pareja. Líder opositor y antiguo diputado, era una figura incómoda para el poder en Moscú y su fallecimiento no le vino particularmente mal al poder.
Los investigadores cargaron la culpa sobre un grupo de chechenos, pero los seguidores de Nemtsov denuncian que esos asesinos sólo cumplían un encargo pagado. “Nemtsov fue asesinado porque había expuesto la realidad de lo que es Putin” relataban algunos asistentes a la marcha en testimonios recogidos por Reuters.
La mayor parte de sus seguidores sostienen que quien estuvo detrás del asesinato fue Razman Kadirov, el sátrapa local de Chechenia en una acción para congraciarse con su inspirador Putin. Kadirov rechaza su participación, pero sí que ha loado a los asesinos inculpados, a quienes califica como “auténticos patriotas rusos”.
La hija de Nemtsov, Zhanna, ha repetido en numerosas ocasiones la demanda de que Kadirov sea cuestionado por este asesinato. El líder checheno, quien se caifica así mismo como “un soldado de a pie de Putin”, dijo en televisión nacional que “Nemtsov no me molestaba en la vida real porque no estaba a mi nivel”.
Poco antes de fallecer Nemtsov trabajaba en un reporte sobre el rol militar de Rusia en Ucrania, después de haber pasado los últimos años criticando la forma de gobernar de Vladimir Putin. En realidad, Nemtsov tampoco tenía una especial buena fama en Rusia, más allá de sus numerosos seguidores. Ministro en el gobierno de Boris Yeltsin durante los años 90, a Nemtsov se le relaciona con los años más duros de Rusia durante las reformas y los vaivenes políticos en esa década.
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