Así marchan las encuestas a 82 días de las elecciones en EEUU: Harris mantiene su ventaja de 1,1 puntos sobre Trump
Quedan 82 días para las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos y Kamala Harris mantiene su ventaja sobre Donald Trump en las encuestas a nivel nacional: la misma distancia de 1,1 puntos del día anterior, toda vez que en estas últimas 24 horas sólo se ha publicado un nuevo sondeo a nivel nacional, el de YouGov para The Economist, que le da a la demócrata dos puntos de ventaja. Así, la media se mantiene, 47,8 puntos para Harris y 46,7 para Donald Trump.
El republicano, no obstante, sigue teniendo ventaja en la mayoría de los estados clave para lograr la Casa Blanca, singularmente en la mayoría del llamado cinturón del óxido, donde Biden ganó de forma contundente hace cuatro años. Ahora, el Partido Republicano está en condiciones de recuperar la mayor parte de esos estados, lo que significa que las proyecciones de delegados le dan la mayoría a Donald Trump, pese a que esté por detrás de Kamala Harris en las encuestas nacionales. Hay que recordar que ya en 2016 el magnate se hizo con la presidencia al ganar en delegados pese a que en el cómputo global de votos totales Hillary Clinton logró una cifra superior.
Los momentos clave
Hay que señalar que estas encuestas muestran las preferencias a escala nacional, señalando las tendencias de cada candidato. Dado el sistema electoral estadounidense, donde cada aspirante se lleva el total de escaños en juego en cada estado sea cual sea la diferencia, el resultado final de las elecciones puede depender finalmente de un puñado de estados clave, como pueden ser Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Georgia o Nevada, lugares donde Biden se impuso a Trump en 2020 y que el republicano aspira ahora a recuperar.
La precampaña electoral en Estados Unidos ha vivido tres momentos clave. El primero llegó el pasado 27 de junio: el debate electoral. Trump y Biden llegaban virtualmente empatados a su cita. El ambiente era el de que podía ser uno de esos debates que deciden elecciones, y desde luego que lo fue, hasta el punto de que al presidente le costó la reelección. La puesta en escena de Biden, que replicó la imagen que en tantas ocasiones ya había exhibido en el pasado -con despistes, incómodos silencios-, acompañada de una voz rota -que su equipo achacó a un constipado- hizo que su futuro electoral explotase. Aquella actuación fue el pistoletazo de salida a una campaña a la que se sumaron voces demócratas tales como senadores, celebridades, donantes, pidiendo que se retirara. Cuando quien fuera su jefe durante ocho años en la Casa Blanca, Barack Obama, se unió y le pidió que abandonase, Biden -molesto con él desde ese momento- empezó a comprender que no había otra salida.
El 13 de julio llegó el segundo momento para la historia, cuando un individuo, Thomas Matthew Crooks, logró sortear la vigilancia del Servicio Secreto y, desde una azotea, disparó varias veces contra Donald Trump, alcanzándole en una oreja y matando a un asistente al mitin del candidato. Trump salvó la vida, y aún le dio tiempo a protagonizar una imagen ya icónica al levantarse, haciendo fuerza entre los guardaespaldas que se esforzaban por apartarlo del atril, y gritar: «¡Luchad!». A partir de ese momento, el camino de Trump hacia la Casa Blanca se allanó, siendo su regreso cada vez más factible.
Así, hasta que el domingo 21 de julio, llegamos a la tercera fecha clave: Joe Biden anunció públicamente su renuncia, admitiendo que «es lo mejor para mí y para el país». El aún presidente hasta el próximo mes de enero acabó dando su brazo a torcer y se retiró de la carrera electoral sin intentar buscar la reelección.
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