¿Cómo se hace?
Plantas

Los trucos que debes saber para secar el tomillo

Si quieres disfrutar de todo tipo de opciones para tus bebidas y comidas, tener plantas aromáticas en casa es una muy buena idea. Es que muchas de estas especies pueden ser muy útiles para darle ese toque de sabor único a tus combinados y recetas gastronómicas. Claro que, para poder aprovecharlas, antes debes aprender cómo tratarlas. Y hoy te enseñamos cómo secar el tomillo paso a paso.

Para quien no lo sepa, el tomillo es un pequeño arbusto que crece naturalmente en zonas cálidas; como ciertas regiones de España. Fácil de cultivar en maceta o incluso en jardines, sus propiedades son muy apreciadas en la cocina mediterránea e internacional. Aporta calcio y fósforo, dos de sus nutrientes principales. También se valora su potencial como antiséptico y antiinflamatorio.

No obstante, el problema que tienen muchas personas es que no conocen cuál es la forma perfecta para secarlo.

Los mejores modos de secar el tomillo

La manera más recomendable de hacerlo es dejar que se seque al natural. Claro que esto requiere de tiempo -dos a tres días- y puede que necesites usarlo con urgencia. Por esto deberías ir secando tomillo a medida que utilices el que ya se encuentra seco.

Si te decides por esta solución, debes cortar únicamente las ramas que no tienen floración y hacerlo a ras del tronco. Siempre que estas ramas sean muy grandes, corta por encima del nódulo o yema para que el arbusto se regenere y te ofrezca mayor cantidad.

Una vez cortadas las ramas, debes lavarlas bajo el grifo para eliminar los restos de tierra de suciedad y luego sacudirlas un poco. Toma varias ramitas y únelas en un ramillete para que ganen algo de peso y el viento no las dañe. Eso sí, no lo aprietes demasiado.

Acto seguido, cuelga el ramillete con los tallos hacia arriba en un lugar seco y con buena ventilación pero lejos del sol directo. Probablemente con tres días sea suficiente pero, para los mejores resultados, deberías dejarlo allí dos o tres semanas.

Secarlo en el horno, otra opción

Si no puedes esperar tanto, el horno es un método intermedio entre el secado natural y el microondas; más seguro que este último. Esta técnica consiste en calentarlo a 150°, a una temperatura media, incorporando el tomillo tras unos minutos y sin superponerlo. Conviene que lo introduzcas en una placa, en la zona central del horno. Permítele que actúe entre 45 y 60 minutos. Comprueba cómo está afectando la alta temperatura a las ramitas. Si no están del todo secas, vuelve a cerrar el horno y revisa.

¿Cómo conservarlo?

Para que este esfuerzo no haya sido en vano, debes guardar el tomillo seco en un recipiente de vidrio con cierre hermético. Almacena las ramas secas en un espacio sin luz solar, y abre el recipiente sólo cuando vayas a utilizarlo en tus comidas.