¿Cómo se hace?
Hogar

Atento antes de cambiar la almohada: el truco para acabar con las manchas de sudor y saliva

Es común, especialmente en el verano, que la propia transpiración del cuero cabelludo manche la ropa de cama y las almohadas. Aunque la primera puede meterse en la lavadora, probablemente no sepas cómo quitar lo amarillo y acabar con la suciedad la almohada.

Lo peor de todo es que, si no te tomas la molestia de eliminar todo ello, la ropa de cama nunca volverá a lucir como nueva. Por eso deberías darte prisa y actuar cuanto antes para recuperarla.

El truco para quitar lo amarillo de la almohada

Independientemente del origen de esta suciedad, la primera recomendación es que limpies tus almohadas con bastante regularidad. Sobre todo, en esta época calurosa, en la que muchas veces la temperatura corporal afecta la tela con la que están recubiertas.

El sudor y la saliva pueden acumularse sobre ellas, y no importa lo buenas que sean las fundas que utilizas, con el uso acabarán llegando hasta la almohada, produciendo estas feas máculas amarillentas.

Y más allá de lo estético, es imprescindible lavarlas porque cuando se acumula esa suciedad podría provocar enfermedades y/o reacciones alérgicas de moderadas a graves.

Para no generar más problemas, vamos a seguir los consejos de Paula Seiton -@paula.unsitioparacadacosa-. En sus redes, acaba de compartir una serie de sugerencias para recuperar el blanco de las almohadas y que vuelvan a verse como ya compradas.

Lo primero que debes hacer es contar con los elementos necesarios para realizarlo. Una taza de detergente para ropa, una de detergente para lavavajillas, una de blanqueador casero -con agua, zumo de limón y agua oxigenada-, media taza de bórax y guantes para proteger tus manos.

Primero introduce la almohada en la lavadora, programando un ciclo de agua caliente a un máximo de 30° C. Añade el detergente dentro del cajetín y, si quieres, agrega también suavizante. Selecciona la función que se encarga de aclarar la almohada dos veces.

En simultáneo, prepara la disolución para que actúe como blanqueante. Mezcla el agua, el zumo de limón y el agua oxigenada. Aplica la mezcla en la zona manchada o échala en la lavadora para que aclare más la almohada. Retírala y sécala al aire libre.

La prevención, el mejor remedio

Ahora que has recuperado el aspecto de tus almohadas, es conveniente que laves las fundas al menos una vez por semana. Además, revisa su tamaño y asegúrate de estar apoyando tu cabeza sobre ellas y no directamente encima de la almohada.