¿Sabes quién fue la reina María de Molina?

María de Molina fue reina de Castilla en tres oportunidades diferentes. Sus reinados se caracterizaron por la sabiduría, una actitud pacificadora y la conciliación a pesar de las circunstancias. Su vida fue una dura carrera de obstáculos y de continua demostración de su inquebrantable moral. De acuerdo a la historia española ¿sabes bien quién fue la reina María de Molina? En los siguientes párrafos te contamos un poco su vida y obra.

Nacida en Valladolid, España bajo el nombre de María Alfonso de Meneses, fue hija del infante Alfonso de Molina. Contrajo nupcias con Don Sancho IV hijo de Alfonso X, quien desautorizó la unión. Para entonces Sancho estaría comprometido con Guillermina de Moncada, candidata de su padre.

La controversia siempre acompañó a María de Molina. Su matrimonio no fue solo mal visto por su suegro, sino también por la iglesia, quien se rehusó a autorizar la dispensa papal. La razón se debió a que María y Sancho tenían lazos consanguíneos en tercer grado.

Del matrimonio nacieron siete hijos. La descendencia tuvo que esperar hasta la muerte de su padre para lograr la legitimidad. Pese a ello, toda la prole de María de Molina y Sancho IV lograron ejercer su responsabilidad como reyes.

María de Molina: Reina tres veces

En la Edad Media el reinado de las mujeres no era una condición habitual, pero en España la situación era distinta. Las mujeres gobernaban en ocasión de la pérdida de su esposo, el rey, o de sus hijos sin prole. Su labor, entonces, era la defender el reinado para los sucesores.

Bajo esta estructura, María de Molina fue reina consorte de Castilla tres veces. La primera de ella fue cuando enviudo de Sancho IV, a quien acompañó activamente durante su reinado. En ese período se dedicó a cuidar el poderío de su hijo.

Su segundo reinado vino cuando su hijo Fernando IV, aún menor de edad, heredó la corona. A los 16 años asumiría el trono, pero moriría a los 26 a consecuencia de los bacanales. Entonces, su hijo Alfonso XI, menor de edad, sería su sucesor, mientras María retomaría el poder en su tercer reinado consorte.

El legado de María de Molina

María de Molina fue una mujer de moral inquebrantable. Durante sus reinados tuvo que someterse al escrutinio de la iglesia y la corte quienes le acusaban de corrupta. Sin embargo, nunca pudo probarse que se aprovechara de la administración durante su reinado.

Otra virtud de María fue su fidelidad a la corona y carácter conciliador. Durante su matrimonio, fue la imagen pacificadora de su esposo apodado El Bravo.

Con el tiempo, la historia ha reivindicado a esta mujer que asumió sus roles con responsabilidad y sin discusión. Si te parece interesante la vida de María de Molina, no dejes de compartir este artículo en tus redes y foros sociales.