Historia
Asteroide

¿Pudo ser el fin del mundo en 1883?

En 1833, un astrónomo mexicano observó lo que parecía un comenta fragmentado pasando por el sol. ¿Qué sucedió exactamente en esa época? ¿Pudo ser el fin del mundo en 1883?

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  • Francisco María
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Uno de los escenarios catastróficos imaginarios más preocupantes para los científicos, es el impacto de un gran meteorito sobre la faz de la Tierra. Desde luego, no hay suficientes evidencias de que algo parecido haya ocurrido desde la extinción de los dinosaurios. Pero después de analizar el interesante testimonio de un astrónomo mexicano a finales del siglo XIX, un estudio realizado en 2011 concluyó que dicho hallazgo fue un evento cósmico que sugiere que pudo ser el fin del mundo en 1883.

La fotografía de objetos enigmáticos

El 12 de agosto de 1883 es el día en el que un astrónomo mexicano del observatorio de Zacatecas observó, mientras estudiaba las manchas solares del sol, una serie de cuerpos extraños que cruzaban el disco solar. Según sus estimaciones, llegaron a atravesar hasta 447 cuerpos durante las 3 horas y media que los estuvo observando.

Según el astrónomo, José Bonilla, estos objetos enigmáticos se podían distinguir con claridad contra el disco de la estrella más cercana a la Tierra. Además, tenían una especie de neblina a su alrededor y se tornaban brillantes cuando pasaban por el disco solar.

Su hallazgo quedó capturado en una fotografía que fue publicada en una prestigiosa revista francesa de difusión científica. No obstante, tal descubrimiento no fue tomado en cuenta por los eminentes científicos de la época.

La hipótesis de cometas cercanos a la Tierra

Los datos recopilados por Bonilla, fueron estudiados a fondo en 2011, dando como resultado una hipótesis preocupante: el paso de miles de fragmentos de un cometa muy cerca de la Tierra. Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio intentaron calcular el tamaño que tenían estos objetos y la distancia que se encontraba con respecto a la Tierra. De acuerdo a sus estimaciones, estos objetos pasaron a una distancia no superior a 64.000 kilómetros de la superficie terrestre.

De hecho, si a esto se le suma los cometas y asteroides suelen pasar por las inmediaciones de la Tierra a una velocidad de entre 15 y 75 kilómetros por segundo, es probable que estos objetos se encontraban a entre 540 y 8000 kilómetros de la superficie de la Tierra en el instante en que Bonilla los observó.

Los autores del estudio concluyeron que, de haberse impactado contra la Tierra, todos los fragmentos del cometa, habrían ocasionado miles de explosiones de la misma magnitud, como la que ocurrió en Tunguska (Siberia) en junio de 1908, cuando un cometa de entre 50 y 190 metros de diámetro estalló a una altitud de entre 5 y 10 kilómetros y generó una onda expansiva que destruyó un área boscosa de unos 2150 kilómetros cuadrados.

¿Pudo ser el fin del mundo en 1883 o se trató de una confusión?

La hipótesis del cometa fragmentado, no obstante, tiene varios fallos. Uno de ellos el hecho de que dichos fragmentos debían encontrarse lo suficientemente dispersos como para que se vieran transitar, por delante del Sol, desde otros puntos del planeta. Asimismo, resulta sorprende que ninguno de estos hipotéticos fragmentos haya caído sobre la Tierra, debido a la gravedad.

Si bien la posibilidad de que la Tierra pudo ser víctima de una lluvia de meteoritos en 1883, lo cierto es que tal descubrimiento no coincide con el comportamiento de los objetos que observó. Por tanto, es muy probable que se haya tratado de una confusión, y que tales fragmentos de cometa pasando frente al telescopio fueran en realidad pequeños insectos o pájaros.