Historia
Cómic

La historia del cómic español

Hoy en día, el cómic español es un campo vibrante y diverso que abarca desde el humor y la aventura hasta la crítica social.

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  • Francisco María
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La historia del cómic en España se remonta a tiempos lejanos. Algunos sugieren que las “Cantigas de Santa María” del siglo XIII podrían considerarse las precursoras del cómic, ya que narran milagros mediante imágenes y versos.

Sin embargo, otros creen que las aleluyas del siglo XVI en Francia son el verdadero precursor del cómic. Estas estampas de temática religiosa eran hojas de papel divididas en viñetas y acompañadas de versos octosílabos.

Las primeras historietas en España

En 1857 se publicó la primera historieta española. Se titulaba “Historia de las desgracias de un hombre afortunado”, creada por Víctor Patricio de Landaluce en la revista La Charanga en Cuba, cuando todavía era colonia española.

En 1863 aparecieron las primeras tiras cómicas en la península. Luis Mariani y Jiménez fue un pionero en este campo. Se destacó como director, redactor, litógrafo y dibujante de varias historietas, incluyendo El Cencerro (1863), El Tío Clarín (1864) y La Campana (1867). Su trabajo satírico marcó un hito.

Nuevos lenguajes

“El suero maravilloso de Robledano”, publicado en 1910 en la revista “Infancia”, fue la primera historieta en España que utilizó globos de diálogo. Durante este tiempo, aparecieron muchas revistas infantiles que comenzaron a cultivar el género de la historieta

Los años 30 fueron decisivos para la popularización de las historietas en España. La llegada de materiales clásicos estadounidenses a revistas como Yumbo y Mickey enriqueció el panorama.

Durante la Guerra Civil Española, las revistas de historietas se convirtieron en herramientas de propaganda política. Los franquistas lanzaron publicaciones como Pelayos y Flecha, mientras que los republicanos respondieron con títulos como Pionero Rojo, Pionerín y El Pueblo en Armas.

La Censura y la Dictadura: años 1950-1975

Con la llegada del franquismo, la censura afectó profundamente a la producción y distribución de cómics. A pesar de ello, se continuaron publicando cómics, aunque muchos autores se vieron obligados a adaptarse a las estrictas normas del régimen. El cómic se convirtió en un medio crucial para la sátira política y social, aunque muchas veces de forma velada.

La explosión de los 80: la movida madrileña

La década de 1980 fue un período de gran efervescencia cultural en España, conocido como la movida madrileña. Este movimiento también influyó en el cómic, que comenzó a diversificarse y a explorar nuevas temáticas y estilos. Autores como Javier Mariscal, Carlos Giménez, y Max aportaron nuevos enfoques, convirtiendo al cómic en un medio de expresión artística y crítica social.

El TBO: icono de la historieta española

El TBO fue una revista de historietas que logró gran popularidad. A partir de 1940, se produjo un verdadero auge en la producción de tebeos. Las principales editoriales comenzaron a desarrollar historietas semanales, en ciudades como Barcelona, Valencia y Madrid.

Los años cincuenta y sesenta del siglo XX marcaron un período de esplendor. Este fenómeno de masas permitió la aparición de personajes emblemáticos que dejaron huella en la cultura popular. En los años sesenta, surgieron tebeos dirigidos a un público femenino que reflejaban una mujer más independiente y empoderada.

Para evadir la censura, las editoriales optaron por ambientar sus historias en lugares imaginarios, evitando hacer referencia directa a la sociedad española. Además, se privilegiaron relatos de aventuras o comedia, mientras que se eludieron temas sociales o políticos.

Transformaciones

A partir de los años setenta, los tebeos comenzaron a perder su popularidad. La televisión se consolidó como el medio principal de entretenimiento para los niños, y los tebeos empezaron a ser percibidos como algo obsoleto.

En la segunda mitad de los años sesenta, el cómic adulto ganó terreno con la aparición de novelas gráficas de mayor formato. En 1967, se promulgó el “Estatuto de Publicaciones Infantiles y Juveniles”, que clasificó los tebeos según su público.

Con la llegada de la democracia en 1978, los tebeos recuperaron algo de popularidad, pero los personajes clásicos ya no resonaban con el mismo fervor. Los niños dejaron de visitar los kioscos para comprar tebeos con su paga semanal. La realidad era que los tiempos estaban cambiando.

Panorama actual

La década de los 80 y principios de los 90 fue un período complicado para el cómic en España. La desaparición de Bruguera provocó que varias editoriales intentaran ocupar su lugar en el mercado.

El auge de los superhéroes y el manga de importación, junto con la publicación de material franco-belga por parte de Norma Editorial, diversificó el mercado. También se consolidaron librerías especializadas y revistas de información gráfica.

Con el avance de la tecnología, las publicaciones electrónicas comenzaron a reemplazar a las tradicionales. El portal Dreamers, lanzado en 1996, marcó un hito en la información del cómic. Fue seguido por diversas plataformas digitales. Además, se popularizaron las historietas de estilo intimista, que exploraron temas diversos y nuevos formatos.

Conclusión

La historia del cómic en España refleja no solo la evolución de un medio artístico, sino también los cambios sociales y culturales que han dado forma al país a lo largo de los años. Con un legado tan rico, el cómic español sigue creciendo y adaptándose a los nuevos tiempos, prometiendo un futuro emocionante para los amantes de la historieta.

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