¿Había gigolós en la antigua Roma?
Las diferentes formas de prostitución han existido siempre. ¿Sabes que ya había gigolós en la antigua Roma? Te lo contamos aquí.
Vida de los millonarios en la antigua Roma
Impuestos en la sociedad romana
Partes de una ciudad romana
La prostitución, tanto femenina como masculina, es una de las actividades más antiguas del mundo y en el caso de la antigua Roma se practicaba con una gran regularidad. Sin embargo, es un hecho que se conoce mucho más de la prostitución femenina que de la masculina. Es por esto que en esta ocasión vamos a ahondar un poco más en ésta última porque, sin duda alguna, se trata de un tema cultural e histórico más que curioso e interesante.
Gigolós: prostitución masculina en la antigua Roma
Antes de continuar, es importante destacar que en la antigua Roma era mucho más importante el papel que se jugaba en la relación, es decir, si la persona era pasiva o activa, más que con quién se acostaba. Lo cierto es que, en aquellos momentos, la prostitución masculina no era tan elevada como la femenina, pero igualmente era posible encontrar a jóvenes que quisieran satisfacer a sus clientes por precios muy variados.
En este sentido, es importante destacar que la prostitución masculina se ejercía, principalmente, en los baños públicos de la ciudad, así como también en las tabernas y en los conocidos statio cunnulingiorum. Esto último hace referencia a zonas específicas en donde los gigolós se reunían para ofrecer diferentes servicios, principalmente sexo oral a cambio de unas monedas.
Por otro lado, al momento de ofrecer el servicio, se contaba con varias categorías y en función de la selección del cliente variaba el precio. A continuación. compartimos algunas de las más conocidas y destacadas:
- Spadones: gigolós que tenían pene, pero no testículos.
- Fellatores: como se desprende de su nombre original, éstos hacían referencia a los feladores
- Pathici: gigolós que asumían una posición pasiva.
- Ephebi: gigolós muy jóvenes, incluso adolescentes.
- Fellatores: esta categoría hacía referencia a los feladores.
- Amasii: este tipo de gigolós eran contratados para relaciones más larga o prolongadas.
La categoría con más demanda
Si bien en la antigua Roma había clientes para cada categoría, según el famoso poeta Juvenal los spadones eran los más solicitados al momento de solicitar un servicio de esta categoría. Por otro lado, a diferencia de la definición que se tiene actualmente de la prostitución, en ese momento quienes la practicaban gozaban de prestigio y de una buena posición social, y es que era considerado como un oficio más.
En este sentido, ni las esposas se ofendían porque sus maridos se acostaran con prostitutas, ni los esposos se preocupaban porque sus mujeres buscaran los servicios de un gigoló. Era algo realmente normal y estandarizado en esa época y en esa sociedad.
De hecho, acostarse con un gigoló era visto como algo de prestigio y una razón de orgullo. Sin lugar a dudas tenían un concepto completamente diferente a como lo vemos en la actualidad, pese a la evolución y respeto por la forma de ser de los demás. Y tú, ¿qué opinas de cómo eran tratados los gigolós en la antigua Roma?
Temas:
- Antigua Roma
Lo último en Historia
-
La evolución de la bandera de España: historia y significado
-
Hallazgo espectacular en Alemania: encuentran intacta una cámara funeraria celta de 2.600 años
-
Impactante hallazgo arqueológico: descubren una civilización oculta en la selva del Amazonas
-
La historia de los judíos en España: análisis de las últimas investigaciones
-
Los Castillos de España: revelando historias ocultas en sus muros
Últimas noticias
-
Así comenzó la gran aventura del séptimo arte: ‘Viaje a la Luna’ o la génesis de la historia del cine
-
Los ‘capos’ del tenis: Italia hace historia con el doblete en la Davis y Billie Jean King Cup
-
Álex Lachhein: «La victoria de Trump es la muerte de la dictadura ‘woke’»
-
Cuatro de los seis fallecidos en el accidente de Mahón no llevaban puesto el cinturón de seguridad
-
Un vecino increpa a Margarita Robles en su visita a Paiporta: «¿Vienes a hacerte la foto? ¡Coge una pala!»