Historia
Historia negra

Ed Gein, el canibal que inspiró a Hitchcock

Hablar de asesinos en serie o serial killers, es hablar de personajes de la historia negra del mundo como Jack «el destripador», Charles Manson, o Ed Gein, uno de los asesinos que más a inspirado a literatos y creadores audiovisuales a lo largo de la historia.

El conocido como Carnicero de Plainfield, fue un caso de estudio para todos los piscólogos y psiquiatras de Estados Unidos y, a pesar de que tuvo pocas víctimas, se le ha recordado como uno de los asesinos más despiadados y locos de la historia del crimen.

Complejo de Edipo

La historia de Edward Theodore Gein, Ed Gein, es una historia que no se puede entender sin saber sus orígenes. Gein era una persona frágil que desde que nació en 1905, había permanecido pegado a su madre. Muy pronto, con la edad de se trasladó junto a su madre a la ciudad de Plainfield, donde vivió el resto de su vida.

Apartado en un rancho a las afueras de la ciudad, Ed Gein fue fraguando su personalidad entre vísceras y matanzas de animales en el matadero de sus padres. Esas imágenes se clavaron en el futuro asesino para siempre. Desde pequeño, el joven Gein decía que la sangre le producía náuseas y que las matanzas no le gustaban, pero su vida fue cambiando a lo largo de los años al ver a su padre con el largo cuchillo abriendo en canal a los cerdos de su rancho. Después se supo que desde joven fue muy aficionado a las historias de terror y los cómics sangrientos.

La relación con su madre fue mucho más allá de una simple progenitora. Augusta T. Lehrk, de fuertes creencias religiosas, apartó a Gein de todo contacto con el mundo exterior, simplemente iba al colegio. Pero su madre, ya desde pequeño le contaba que los hombres eran unos pecadores y que jamás debía fiarse de ellos.

En el margen de cinco años, Ed Gein vio morir a su padre, a su hermano Henry -investigaciones posteriores indican que fue el propio Gein quien lo mató- y a su madre, que falleció en 1945. Desde este momento, y sobre todo por la falta de su madre, Gein comenzó su escalada de asesinatos y locuras.

Profanador de tumbas

La inmensa tristeza, aunque un alivio por otro lado, de la falta de su madre, llevó al asesino a idear un plan para reconstruir su cara. La única manera que encontró fue profanando tumbas del pueblo. Miraba la sección de esquelas del periódico y buscaba mujeres muertas que pudiera asemejarse a su madre.

Después, durante la noche profanaba las tumbas y se llevaba los cuerpos al sótano de su casa. Pero la locura de Ed Gein ya estaba desarrollada. Su madre era el único vínculo que lo mantenía cuerdo, y ante la ausencia de ella, la mentalidad aterradora del joven Gein, se desató.

En 1947 se le comenzaron a atribuir desapariciones de gente, ya viva, aunque no se pudieron demostrar. Algunos vecinos del pueblo de Plainfield aseguraban que era una persona extraña, que les incomodaba, aunque los psicólogos que lo vieron certificaron que tenía una inteligencia normal, incluso por encima de la media, pero que un trastorno depresivo agudizado por la muerte de su madre y un tardío desarrollo social, llevaron a Ed Gein a confundir realidad y ficción.

Primer asesinato

Ed Gein decidió cambiar de fórmula y se pasó a ser él mismo el que matara a las mujeres para crear el cuerpo de su madre. Su primera víctima fue Mary Hogan, la tabernera del pueblo. Fue sorprendida por Gein en el bar en plena noche -atacaba de noche porque iba vestido de mujer-, y la llevó a su sótano de los horrores donde la diseccionó por completo.

La noticia sacudió al pueblo. Incluso el vecino más cercano de Gein, Fred Rein, recordó en su declaración que el propio Gein participó en un corrillo vecinal hablando del tema y dijo que «estaba en casa, en el rancho». Nadie lo creyó.

Después de Mary vino la ferretera Bernice. Gein entró a su ferretería el 16 de noviembre de 1957 para comprar anticongelante. Pidió una cita a Bernice, que lo ignoró y apunto en su libro de registro la visita de Gein. Segundos después el asesino le disparó y realizó el mismo ritual que con Mary Hogan.

El detalle fue que Bernice había dejado una gran pista para los agentes: el nombre de Ed Gein como último cliente.

El rancho de los horrores

Esa misma noche, de madrugada, los agentes de la policía de Plainfield se presentaron en el rancho. Gein había recibido la visita de dos amigos de la infancia, y la policía inspeccionó la casa.

Allí encontraron el peor de los escenarios: basura, restos de cuerpos humanos colgados por el techo, restos humanos por la casa, el cuerpo de su madre Augusta en la cama. Horas después, fue interrogado durante 12 horas y Ed Gein no dijo nada. A la mañana siguiente admitió haber matado a Mary y Bernice, pero no practicar el canibalismo con ellas.

Ed fue encerrado en un centro psiquiátrico de por vida y murió en 1984 tras una insuficiencia respiratoria.

Inspiración para el cine

El personaje de Ed Gein sirvió de inspiración para crear a Norman Bates, el mítico personaje de la novela de Robert Bloch en ‘Psicosis’. Pero fue Alfred Hitchcock el que más bebió de su historia para adaptar al personaje el cine, que ha sido siempre una de sus obras más importantes.

Además, la historia de Ed Gein también sirvió de inspiración para crear a otro de los personajes de terror más recurrentes: Leatherface de la saga ‘La matanza de Texas’.