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Los arqueólogos no dan crédito: un hallazgo en Mallorca saca a la luz restos de comida rápida del Imperio romano

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Un descubrimiento arqueológico realizado en Mallorca ha cambiado radicalmente la percepción sobre la alimentación cotidiana en la época de la antigua Roma.

Un grupo de investigadores encabezados por el arqueólogo Alejandro Valenzuela han recuperado en la antigua ciudad de Pollentia, uno de los asentamientos romanos más antiguos de las Islas Baleares, restos de lo que podría considerarse comida rápida romana.

El estudio, publicado en el International Journal of Osteoarchaeology, ofrece evidencias que demuestran que la comida para llevar y el consumo rápido no eran prácticas modernas, sino que ya existían hace 2.000 años en las calles del Imperio.

La comida rápida ya existía en la antigua Roma

El equipo de arqueólogos encontró en un pozo de basura vinculado a una taberna del foro de Pollentia miles de fragmentos óseos, en su mayoría pertenecientes a zorzales. Estas pequeñas aves, que se pensaba eran un lujo exclusivo de la élite romana, se consumían de manera habitual como un alimento sencillo y rápido para el ciudadano común.

La investigación revela que estos zorzales eran capturados, limpiados y probablemente fritos enteros para ser consumidos en tabernas (los equivalentes a los actuales locales de comida rápida) donde los clientes podían comer de pie y con rapidez.

La forma en que se disponían los restos óseos indica que las aves eran abiertas y aplanadas antes de freírlas, una técnica que coincide con métodos culinarios tradicionales usados aún hoy en día para cocinar aves pequeñas.

La presencia de ánforas empotradas en la estructura del mostrador sugiere que estos espacios estaban diseñados para un servicio ágil, adaptado a un público con poco tiempo.

Por qué el zorzal era un alimento popular en Mallorca

La inclusión del zorzal común (Turdus philomelos) en el menú cotidiano de Pollentia responde a una estrategia de mercado muy ligada a la estacionalidad y la oferta local.

Estas aves migran a Mallorca en invierno, lo que facilitaba su captura mediante redes o trampas, técnicas descritas desde la antigüedad. Por otro lado, hay que destacar que los zorzales consumidos en las tabernas provenían del entorno natural y eran ofrecidos en un periodo específico del año.

Esta distinción entre consumo elitista y popular refleja cómo, incluso en la antigüedad, el acceso a ciertos alimentos variaba según la clase social. Mientras la élite romana disfrutaba de zorzales durante todo el año gracias a la cría artificial, el ciudadano común tenía acceso limitado y estacional.

Los restos de zorzales revelan hábitos de comida rápida romana

El equipo liderado por Valenzuela confirmó, mediante técnicas de osteometría comparativa, que los restos encontrados pertenecen mayoritariamente a zorzales, descartando la posibilidad de que fuesen acumulaciones accidentales o producto de depredadores.

Los patrones de fractura y la homogeneidad del vertedero indican que estos restos eran residuos directos de la actividad culinaria diaria en las tabernas de Pollentia.

Este hallazgo aporta una visión mucho más amplia y realista sobre la alimentación en la Roma antigua, alejada de los relatos centrados en las grandes villas o los textos de gastronomía aristocrática.

Por otra parte, revela la rutina de la gente común: personas que comían rápido, en la calle, sin ceremonias.