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‘First Dates’: Marta reconoce que es “la MILF del pueblo, quiero un empotrador”

  • Idania Monzón
  • Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Escribo sobre la actualidad televisiva y musical. Además, me gusta investigar y hablar sobre todo lo relacionado con las ficciones del momento, tanto de la pequeña como gran pantalla.

Una noche más, el restaurante de ‘First Dates’ abrió sus puertas para dar la bienvenida a nuevos comensales dispuestos a encontrar a su media naranja. Una velada donde una de las parejas protagonistas de la noche fueron la formada por Marta y Argimiro, aunque la que se llevó toda la atención de la audiencia por sus declaraciones fue la comensal.

Presentándose a sí misma como «la MILF del pueblo» que busca «un buen empotrador». Marta, una dependienta de Zara de 41 años que reside en Valencia, llegó al programa de citas de Cuatro con las ideas muy claras. «Me gusta mucho contagiar a la gente de mi positivismo y que se sientan felices día a día, porque al final mañana a lo mejor no puedes contar lo que has vivido hoy y tienes que ser feliz ante todo», comentó frente a cámaras.

Nada más llegar al restaurante y presentarse ante Carlos Sobera, Marta no tuvo reparos en pedirle un favor al presentador del programa sobre su cita de la noche. «Se me da bien conocer a gente porque todos quieren a Marta. Soy la MILF del pueblo, la famosa (…). Pues un buen empotrador, sí», declaró la comensal valenciana.

Su cita de ‘First Dates’ fue Argimiro, un agente de seguros de 41 años que también es árbitro de fútbol desde hace 5 lustros. «Empecé con 17 años y he estado arbitrando hasta Tercera división y asistente en Segunda B», señaló el comensal. Una primera toma de contacto donde parece que la atracción fue mutua, ya que dieron rienda suelta a una conversación de lo más amena en la cena.

De hecho, abordaron varios tipos de temas, entre ellos el sexo. «Según en que momento es bueno que seas un buen corredor», comentaba Argimiro. Ante esta buena velada y un casi boca a boca de ambos, la decisión parecía clara. Y es que, los comensales no lo dudaron y decidieron darse una segunda oportunidad para poder conocerse un poco más.