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Ni el peso ni el tamaño: esto es en lo que te debes fijar para elegir un buen melón en el supermercado

La selección del melón es una habilidad que se puede aprender con observación

En pleno verano es importante beber abundante cantidad de agua

Existen múltiples variedades, características y señales de maduración

En pleno verano es importante beber abundante cantidad de agua y llevar una dieta ligera basada en frutas y verduras. Una opción ideal es incorporar en tus platos un buen melón fresco, dulce y jugoso. Sin embargo, encontrar uno que sea realmente sabroso puede parecer una lotería si no se conocen algunos trucos clave. La selección del melón es una habilidad que se puede aprender con observación, experiencia y conocimientos básicos sobre la fruta. Existen múltiples variedades, características y señales de maduración que pueden ayudarte a saber si ese melón que vas a comprar va a ser una buena opción al momento de comerlo.

Entre los trucos principales para elegir el mejor melón están el color de la cáscara hasta el aroma que desprende. Además, la elección eficiente es una forma de garantizar una mejor experiencia nutricional. La Fundación Española de Nutrición (FEN) señala que el melón contiene un 92% de agua y es una de las frutas con menor contenido calórico, lo que lo convierte en una excelente opción para hidratarse y cuidarse durante los meses calurosos. Además, es rico en potasio, vitamina C y folatos. En concreto, 300 gramos de melón proporcionan el 75% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C y un 16% del potasio necesario. Estos nutrientes son fundamentales para el sistema inmunológico, el sistema nervioso y el proceso de división celular. En muchas culturas y comunidades, el melón es una excelente opción para desayunos y meriendas durante el verano.

Qué hacer a la hora de elegir un buen melón

Examinar la cáscara y comprobar el peso

Uno de los métodos más sencillos y eficaces para elegir un buen melón es observar su piel. El Mercado Guillermo de Osma recomienda buscar una cáscara ligeramente rugosa, sin manchas oscuras ni abolladuras.

«La uniformidad en el color también es una buena señal: los tonos verdes deben estar bien repartidos, sin áreas apagadas ni descoloridas», sugieren. En el caso del melón Cantaloupe lo ideal es que tenga una red corchosa bien definida, de color beige sobre un fondo verde o gris.

Otro truco útil es levantar el melón y sopesarlo. Un melón maduro debe pesar siempre en relación a su tamaño. Si lo notas que pesa poco, probablemente no está completamente maduro.

Según indica la Universidad Estatal de Ohio, la densidad está asociada a la cantidad de agua y azúcares presentes en el interior: cuanto más maduro, más denso será.

Oler el extremo del tallo y presionar para comprobar la madurez

Al momento de elegir frutas, el olfato es un gran aliado. El melón no es la excepción y un truco es acercarte al extremo donde estaba unido a la planta y olerlo. Un buen melón debe desprender un aroma dulce, afrutado y ligeramente almizclado. Por lo tanto, si no huele a nada o tiene un olor agrio y desagradable, es mejor dejarlo pasar.

También puedes comprobar la madurez de la fruta usando el pulgar de manera suave para presionar ligeramente el extremo opuesto al tallo. Si al tocarlo cede un poco pero no está demasiado blando, es probable que esté en su punto justo. Por el contrario, si está muy duro, aún no está maduro; si está demasiado blando, podría estar pasado.

Los tipos de melones y sus características

La Academia Española de Nutrición y Dietética menciona las variedades habituales de melón:

Según el ingeniero agrónomo Alfonso Rojas, cada variedad tiene sus particularidades y varían la textura, el contenido de agua y el nivel de azúcar. Los melones de secano, por ejemplo, tienen una concentración más alta de azúcares debido a su menor contenido de agua, lo que los hace especialmente dulces.

Higienizar los melones antes de cortarlos

Un aspecto muchas veces pasado por alto es la higiene del melón antes de cortarlo. Aunque no se consuma la cáscara, es esencial lavarla correctamente para evitar la contaminación cruzada.

«Se recomienda lavarlo con agua corriente y frotarlos con un cepillo limpio. Después, se deben secar con una toalla de papel o un paño limpio para reducir el riesgo de bacterias», según la Academia Española de Nutrición y Dietética. A su vez, comentan que esta precaución es especialmente importante porque los melones crecen en contacto con el suelo, donde pueden albergar microorganismos dañinos.

¿Cuándo es temporada?

La estacionalidad de esta fruta es un factor clave para disfrutar de su mejor versión. Según la FEN, cultivados al aire libre se cosechan entre julio y septiembre. En esta época alcanzan su punto óptimo de maduración, desarrollando todo su dulzor y aroma característico.

Sin embargo, existen variedades como el melón Tendral que también pueden encontrarse en invierno, especialmente entre noviembre y enero. Elegir en temporada garantiza un mejor sabor, un precio más accesible y una mayor calidad del producto.