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Ni morcilla ni salchicha: este embutido es un manjar en Murcia pero sus ingredientes espantan en el resto de España

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

El mundo de los embutidos parece, a veces, interminable. Desde el lomo y el jamón hasta la morcilla, la butifarra, el salchichón o la longaniza, la variedad es enorme e invita a cada uno a elegir según sus gustos.

Aun así, algunos embutidos, sólo por sus ingredientes, provocan rechazo. En Murcia hay uno que, aunque allí es un clásico muy querido, en otras partes de España nadie quiere tenerlo cerca.

Este es el embutido que adoran en Murcia, pero que en el resto de España nadie quiere ni probar

El embutido que es un clásico en Murcia, pero que el resto del país no quiere ni ver, es la butifarra negra murciana: un embutido cocido hecho con carne, grasa y sangre de cerdo, especias, y embutido en tripa natural.

Su aspecto oscuro, su textura jugosa y su sabor intenso la convierten en un manjar para quienes saben lo que están comiendo, pero también en un producto tabú para quienes prefieren no saber demasiado. En Cartagena, Lorca o Caravaca de la Cruz es una pieza habitual en carnicerías tradicionales.

A diferencia de la morcilla, que suele llevar arroz o cebolla, la butifarra negra tiene más proporción de carne. Se prepara con papada, careta, paletilla y sangre, lo que le da su color característico y su sabor fuerte, especiado, muy definido.

Es un producto tan local que fuera de la región casi nadie ha oído hablar de ella, y cuando se enteran de sus ingredientes, la reacción suele ser de rechazo. Pero quien se atreve a probarla, se encuentra con un embutido sabroso, potente y con mucha personalidad.

Cómo se hace este embutido que desconcierta y enamora

La receta de la butifarra negra murciana no se diferencia mucho de la de otros embutidos cocidos. Se parte de carnes grasas como la cabeza, la papada o la careta, que se trituran o pican finamente. A esta base se le añade sangre de cerdo fresca, sal y pimienta, y se mezcla todo hasta formar una masa homogénea.

Esta mezcla se embute en tripas naturales bien limpias, se atan en porciones y se cuecen durante horas a baja temperatura, sin que lleguen a hervir, para que se cocinen poco a poco y queden tiernas, jugosas, al punto justo.

La clave está en la calidad de la materia prima, el equilibrio de las proporciones y el respeto por el proceso artesanal. El resultado es una pieza de sabor profundo, textura suave y un aroma que recuerda a los guisos de antes.

Distintas maneras de comer la butifarra negra murciana

La butifarra negra murciana es un embutido muy versátil que se puede comer de muchas formas, tanto en platos tradicionales como en preparaciones sencillas del día a día. Se puede calentar en sartén o plancha, comer tal cual al estar ya cocida, o incorporarla en recetas para sumar sabor.

En Cartagena, por ejemplo, se hacen las famosas tostas cartageneras: pan tostado con rodajas de butifarra caliente, una combinación sencilla pero deliciosa.

También se suele utilizar en tortillas, mezclada con patata o huevo, para darle un toque más potente. Frita o a la brasa queda crujiente por fuera y melosa por dentro, ideal para los que buscan contrastes.

En guisos aporta profundidad, grasa y ese punto especiado que eleva cualquier caldo. Se puede cortar en rodajas finas y servir como aperitivo, sola o con pan y encurtidos. Y no es raro encontrarla en arroces murcianos, donde se mezcla con el grano y le da un sabor que no pasa desapercibido.