Gastronomía
Restaurantes

Este restaurante de Andalucía se fundó en el siglo XVII y posee un plato emblemático

En el corazón de Sevilla, se esconde un tesoro histórico que ha perdurado a lo largo de los siglos: El Rinconcillo. Fundado en 1670, este icónico bar no solo es el más antiguo de la ciudad, sino también uno de los establecimientos más longevos de toda Andalucía. Entrar en El Rinconcillo es como hacer un viaje al pasado, a una época donde la tradición y el sabor auténtico eran la norma.

Este bar no solo destaca por su historia, sino también por su oferta gastronómica, que ha sido fiel a sus raíces desde sus inicios. La especialidad de la casa, las espinacas con garbanzos, es un plato que ha sido transmitido de generación en generación, conservando un sabor único que sigue deleitando a los comensales.

Las tapas que se sirven aquí son un reflejo de la cocina tradicional andaluza-mozárabe, con platos que han cautivado a generaciones de visitantes. Su carta incluye guisos caseros, chacinas y pescados.

Cuatro siglos de historia en Sevilla

Ubicado en la calle Gerona nº 40, El Rinconcillo comenzó su historia como una modesta taberna en el siglo XVII. Fue en 1858 cuando la familia De Rueda adquirió la propiedad, que ya funcionaba como taberna desde hacía varios años.

En 1897, la compra de la casa contigua, ubicada en la calle Alhóndiga nº 2, permitió que El Rinconcillo adoptara su configuración actual, combinando la tradición de la taberna original con una tienda de ultramarinos, que operó hasta la década de 1960.

A partir de entonces, el espacio quedó exclusivamente como taberna, manteniendo intacta su atmósfera de antaño que sigue cautivando a quienes lo visitan.

Encanto sevillano

El Rinconcillo es un verdadero museo viviente de la tradición sevillana. Su decoración, que se ha mantenido con esmero a lo largo de los años, ofrece un ambiente cálido y acogedor que invita a disfrutar de una copa de vino o una tapa en su mostrador de caoba, o en una de sus típicas barricas andaluzas convertidas en mesas. Las paredes de ladrillo árabe, los suelos de loza de Tarifa y las estanterías repletas de botellas antiguas conforman un entorno que evoca la Sevilla más auténtica y tradicional.

El segundo piso de El Rinconcillo alberga un salón restaurante que sigue la misma línea estética. Con sus paredes de ladrillo visto, sillería andaluza y lámparas de forja, este espacio señorial es ideal para disfrutar de una comida en un ambiente que destila historia y elegancia.

Desde su fundación, El Rinconcillo ha sido testigo de la historia de España, sobreviviendo a 15 monarcas y cuatro dinastías. Este emblemático bar es un símbolo de la cultura andaluza y ha sido escenario de numerosas películas y anuncios.

Visitar El Rinconcillo es sumergirse en la historia viva de Sevilla. Su ambiente, su comida y su decoración son un testimonio del legado cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos.