Gastronomía
Alimentos

En los años 80 era la merienda preferida de media España, pero hoy muchos niños ni la conocen

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Desayuno, almuerzo y cena. Tres comidas que cumplen su función al aportar proteína, calorías y sostén. Pero entre medias siempre aparece ese antojo dulce que no es para llenar, sino para calmar. Se busca algo sencillo y sin complicaciones, y ese es el papel de la merienda.

En los años 80, había una merienda que los niños en las escuelas, o al salir a jugar por la tarde, repetían casi siempre. Era sabrosa, energética y muy económica. Tuvo un éxito enorme, pero, curiosamente, hoy resulta casi imposible ver a un niño comiendo eso por la calle.

La merienda que fue un clásico en los años 80, pero que ya ha pasado a la historia

En aquella época no había mucho misterio en la gastronomía. No existían los envases brillantes ni los ingredientes químicos imposibles de pronunciar, como el glutamato monosódico. Cuando se pensaba en una merienda, lo primero que venía a la mente era la sencillez de una barra de pan de la panadería del barrio (la que tocara ese día) y una tableta de chocolate dentro. Pan con chocolate. Sólo había que cortar (o hacer un hueco), meter, cerrar y morder.

Ese bocadillo era sencillo y contundente. Un dulce que reconfortaba sin mucho esfuerzo, pues no llevaba el trabajo de hacer unas magdalenas (huevo, harina, mantequilla, levadura, cacao, azúcar…), sino que simplificaba la tarea a un gesto rápido. Además, le gustaba a todos.

Dentro de ese pan con chocolate también había variaciones. Algunos lo preferían con la corteza más blanda, otros con un poco más de crujiente para que hiciera contraste, y estaban los que lo aplastaban al máximo, buscando que el chocolate se derritiera un poco con el calor de la miga.

Hoy sería raro ver a un niño morder una barra con media tableta de chocolate dentro. Esa tradición ya se ha perdido, y no porque haya dejado de gustar, sino porque ha sido reemplazada.

Por qué esta merienda quedó en el recuerdo de los españoles

Si era una merienda tan popular en aquellos años, ¿cómo ha podido desaparecer? La realidad es que todo cambió con el crecimiento del chocolate untable. Ya existía, sí, pero no tenía la presencia que empezó a ganar a finales de los noventa. Desde entonces, fue desplazando poco a poco al clásico pan con tableta.

No es lo mismo morder un trozo sólido que untar una crema dulce sobre pan blando. El primero requiere más esfuerzo, hay que masticar varias veces antes de tragar; el segundo es suave desde el primer bocado.

Hoy en día, lo más común no es ver a un niño con pan y chocolate, sino con pan untado con Nocilla, Nutella o cualquier otra crema. La variedad es una de las claves más relevantes.

En las despensas de los supermercados se encuentran opciones de todo tipo: las hay de sésamo, de galleta Lotus, incluso de cacahuete, anacardo o pistacho. También existen versiones más saludables que no son Nutella, pero que combinan dátiles, avellanas y cacao.

Al final, la merienda que marcó a una generación ha quedado como un recuerdo. Puede que algunos lo vean como una evolución, otros no tanto, pero la realidad es que ambas versiones son sabrosas y calman un antojo de dulce.