Vicente Gil: «Aragonés le ha hecho a Sánchez un Míriam Nogueras con la bandera de España»
Pedro Sánchez sigue su cronograma de humillaciones. No le cuestan nada porque no tiene vergüenza alguna. Este jueves ha ido a rendir pleitesía a Pere Aragonés en Barcelona. Aragonés le ha hecho un Míriam Nogueras, esa de Junts que quita la bandera de España en la sala de prensa del Congreso sin que le retiren los 100.000 euros que le paga el estado opresor. Más idiotas con esta gente no podemos ser.
Sánchez ha comparecido en Sant Jaume ante la prensa con la bandera catalana y la española y hablando del «conflicto» y el «estado español». Luego le tocaba a Aragonés, pero una funcionaria de la Generalitat se ha llevado la bandera de España antes de que saliera el Molt Honorable. Es la humillación constante a nuestros símbolos nacionales ante las que el PSOE y Sánchez se han rendido por comer el turrón en Moncloa. Por eso necesitan despenalizar las injurias a la Corona y a la bandera. Para poder humillarnos con tranquilidad y no acabar otra vez en el trullo.
Sánchez se parte el espinazo ante la senyera catalana y un día va a coger dolor de cervicales pero permite que ellos desprecien la bandera nacional. Es normal en el felón. El propio Sánchez se espatarra sin decoro alguno ante la bandera de España como demostró en la Jura de la princesa y en la apertura de la legislatura por el Rey. En el próximo desfile militar junto al Rey, sugiero a Sánchez que se mimetice con su, hasta hace poco, protegido Luis Rubiales y se lleve las manos a la entrepierna al paso de la enseña nacional.
Sánchez le ha regalado a Aragonés la parafernalia de una visita bilateral entre estados con revista a las tropas y todo, aunque a la República Catalana le falta glamour. Los Mossos d’Esquadra vestidos de gala parecen un grupo de llauradors valencianos recogiendo taronjas en la huerta.
La republiquita esta del independentismo de Junqueras, Puigdemont y Aragonés es una ópera bufa de personajes ridículos, pero peligrosos por racistas y xenófobos. Su pompa y circunstancia es de pueblo. Es lo que tiene no tener realmente una historia y habérsela tenido que inventar. Cataluña fue siempre el culo insignificante de la Corona de Aragón respecto a los Reinos de Aragón y Valencia. Y sus guerras civiles posteriores entre líderes «independentistas» (como nos dicen ahora) fueron en realidad guerras españolas. Porque Casanova o el asesino de Companys -monárquico uno y republicano otro- se sentían más españoles que el del Bar Pepe de Despeñaperros. Y luego, tras la guerra civil, recibían entusiastas al Caudillo al grito de «¡Franco, Franco!».
Hoy, en San Jaime, ante el desprecio de Aragonés, Sánchez debería haber tenido lo que Rubiales se tocaba ostentosamente en aquel palco ante la Reina Letizia y haber mandado a la mierda al pequeño Aragonés, que le llega por el ombligo. Pero en su cabeza de narciso enfermizo no cabe pensar que representa a todos los españoles y que la humillación a la bandera es una humillación a todos. Sánchez está en lo suyo.
Aragonés le ha sacado a Sánchez toda la pasta posible (cómo no) con la condonación de la deuda y el Ingreso Mínimo Vital. La pasta es lo único que les interesa a estos cuatreros supremacistas del independentismo. La famiglia Pujol dejó bien marcada la pauta de cómo robar a España y a los españoles. El Padrino era un crack para eso. Sánchez ha tentado a Aragonés con un concierto catalán similar al vasco si renuncian al referéndum. Dirán que sí a ver si cuela (aunque saben que no es factible económicamente) y luego volverán con la monserga del referéndum.
Además, Aragonés le ha sacado a Sánchez una Ley de Plurilingüismo para «proteger» el catalán. Es de coña. En la misma semana en la que una comisión de eurodiputados ha quedado impactada y boquiabierta en Cataluña con el nivel de fascismo, discriminación y acoso social contra el español en las escuelas catalanas.
Ha sido genial escuchar a Sánchez en Barcelona, en el epicentro de aquel golpe que ahora va a amnistiar, hablar con esa voz profunda que pone de colonia Varon Dandy sobre la irresponsabilidad del PP en la «renovación» del CGPJ. Ha dicho que «atenta contra el normal funcionamiento de la Justicia, que es algo fundamental en una democracia». El tipo es un caradura genial.
Sánchez está rabioso porque el PP de Casado, pese a Teo García Egea, y ahora el de Feijóo, pese a la bisoñez del año pasado con el Constitucional, resiste. Sánchez no quiere la «renovación» del CGPJ. Quiere okuparlo con hooligans de toga tipo el juez De Prada o el prevaricador Baltasar Garzón.
¿Imaginan ustedes las cosas que estamos viviendo ahora pero con el CGPJ y el Tribunal Supremo okupado por magistrados como Conde Pumpido o esos que salen por La Sexta? Por eso está rabioso Sánchez. Porque el Poder Judicial se le ha atragantado a nuestro Kim Jong-un patrio y no puede ofrecerle su cabeza a los etarras y delincuentes golpistas que le acompañan en esta aventura.
El tipo se ha permitido hablar de la «renovación» del CGPJ justo el mismo día en el que el CGPJ por unanimidad ha dejado claro que no se le ocurra al Congreso llamar a declarar a ni un sólo juez en una comisión de lawfare porque no van a ir. Armengol, que es una roja sectaria y pancatalanista furibunda pese a esa aparente candidez que le dan sus dificultades para expresarse en español, hará lo que el jefe Sánchez le diga. El macho alfa manda. Armengol es, políticamente, otra gallinita socialista, como las de Podemos, dependiente del macho dominante del corral.
El choque de trenes institucional entre el Poder Judicial y el Poder Legislativo es gravísimo. Pero Sánchez está encantado. No se equivoquen. No le preocupa. Es justo lo que busca. El deterioro y el desgaste de las instituciones como primer paso para deconstruir el Régimen del 78. Lo que no pudo hacer Pablo Iglesias y la extrema izquierda porque ese espacio, desde Zapatero, está reservado para el PSOE.
Este miércoles, la Familia Real y del Rey al completo -esta vez, sí, haciendo piña visto el panorama- aún pudieron celebrar el cumpleaños de la infanta Elena en España. Lo que buscan Sánchez y sus cuatreros es que las celebraciones venideras sean en Suiza junto al mediador salvadoreño. País, Suiza, al que, por cierto, señor Feijóo, le quiere mandar Sánchez si Alfonso Rueda pierde la mayoría absoluta en Galicia en febrero. Cuídese. Moncloa cree que puede conseguirlo y va a convertir esas elecciones gallegas adelantadas en un plebiscito contra usted. Y ya sabe, por el 23J, cómo se las gasta el personaje. Lo va a dar todo.