Los socialistas buscan afianzarse por encima de Podemos para que el voto de C’s «venga solo»

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Pedro Sánchez jalea a los socialistas en la clausura del 39 Congreso del PSOE. (Foto: Francisco Toledo)

El nuevo PSOE se ha marcado como objetivo afianzar su posición como líder de la izquierda y alternativa de Gobierno para que los votos de centro «vengan solos». Así lo explican fuentes de Ferraz: «Con Podemos no hay ninguna batalla porque ya la hemos ganado».

Sánchez piensa «seguir el rumbo de la izquierda» que ha tomado el PSOE «digan lo que digan las encuestas», según fuentes de Ferraz. Sostienen que los estudios demoscópicos publicados por varios medios durante este fin de semana muestran al PSOE como alternativa de Gobierno, a tan solo cinco puntos de los ‘populares’.

La estrategia de Sánchez pasa por ganarse la confianza de Podemos y Ciudadanos a largo plazo y aprobar reformas que superen el veto del PP en la Cámara Baja. El líder del PSOE buscó el término «oposición de Gobierno» para desempeñar esta tarea fuera del Congreso, ya que no es actualmente diputado. Pero delegará en sus personas de confianza colocadas en puestos estratégicos del grupo socialista: Adriana Lastra, Margarita Robles y José Luis Ábalos.

«Primero, los cimientos»

«Primero hay que afianzar los cimientos», señalan fuentes socialistas. Su objetivo pasa por atraer a los votantes que en los últimos años le ha arrebatado Podemos. Pero también al cuerpo electoral de izquierdas situado en la abstención, sobre todo desde 2011. El líder socialista considera que si logra ese objetivo y el PSOE se sitúa claramente como la alternativa de la izquierda al PP, atraerá automáticamente el voto del electorado de centro, porque «el voto de centro es el voto útil».

Sánchez trabaja sobre esta idea sin descartar una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: «Que no la planteemos no significa que descartemos una moción de censura contra el PP», dijo Sánchez este martes en rueda de prensa.

Fuentes de Ferraz explican que si consiguen afianzarse como alternativa de Gobierno, estudiarían si esperar a los próximos comicios o registrar la moción antes de que concluya la legislatura. Recalcan que, previamente, habrían buscado los suficientes apoyos para sacarla adelante y que la votación no quede en ‘agua de borrajas’, como le sucedió al líder de Podemos, Pablo Iglesias.

El 1-O será determinante

La evolución del conflicto territorial de Cataluña sin duda influirá en sus planes, entre los que se encuentra arrastrar al PP al ámbito de la reforma constitucional, algo que los socialistas no prevén que ocurra antes del 1 de octubre.

Ese día, igual que ocurrió en el 9N, el PSOE volverá a defender la legalidad y la Constitución Española junto a Mariano Rajoy. El líder del PSOE considera que no debería de llamarse ‘referéndum’ a lo que plantea el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, «que está fuera de los cauces legales».

Según las fuentes, Sánchez defiende que, ocurra lo que ocurra en Cataluña el 1 de octubre, «no será un referéndum», sino como mucho un «acto partidista-social» sin ninguna legitimidad institucional ni validez democrática.

Patxi López: el hombre para Cataluña

En este punto, el líder socialista buscará la «sintonía» con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la reunión que ambos celebrarán en Moncloa este jueves, con Cataluña una vez más como asunto principal.

Sánchez trasladará en ese encuentro a Rajoy que el interlocutor en el PSOE de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para temas de Cataluña es el ex lehendakari Patxi López, en su calidad de nuevo secretario de Política Federal del partido.

Por mutuo interés, Sánchez intentará llevarse bien con Rajoy y mantener una relación «cordial». Su apoyo contra el proceso independentista podría valerle el favor del Gobierno en otros aspectos que le preocupan, como el veto en el Parlamento.

Uno de los puntos que más le preocupa al líder socialista estas semanas es el veto del Partido Popular a las futuras propuestas de los socialistas en la Cámara baja. Sabe que para sacar adelante medidas necesita el voto a favor de Ciudadanos y de Podemos. Dos formaciones incompatibles que se sentarán, cada uno por su cuenta, con los socialistas para intentar llegar a acuerdos sobre distintas medidas.

Tener el favor del Gobierno supondría además que los socialistas se pudieran poner ‘medallas’ de cara a la ciudadanía y llegar a ser la fuerza alternativa que busca Sánchez. Un ejemplo bien claro podría ser el de llevar las riendas en el Congreso para habilitar un espacio donde las distintas fuerzas comiencen a estudiar una futura reforma constitucional, aunque en la actualidad ya haya comisiones de este tipo.

Por lo pronto, Sánchez ya ha decidido que, igual que hace Rajoy, él tampoco comparecerá ante los medios de comunicación tras su visita a la Moncloa, en contra de lo que es tradicional en ese tipo de encuentros. El líder socialista cederá el testigo a su portavoz en el Congreso, Margarita Robles, que explicará a los periodistas cómo fue el primer encuentro tras su vuelta.

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