Crisis del coronavirus

Simón sabía 3 días antes que la coartada para celebrar el 8-M era falsa: los contagios eran ya nacionales

Salvador Illa, en su reunión ante la UE el 6 de marzo, reconoció literalmente que «la situación es preocupante y entraña un riesgo serio, no debemos subestimarlo»

Coronavirus: última hora en directo del Covid-19 y el fin del estado de alarma

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(Vídeo: OKDIARIO)
Carlos Cuesta

Fernando Simón se enfrenta a una querella que apunta a él como la persona que no disparó las alarmas pese a tenerlas. Y los indicios contra él se siguen sumando: Simón, de hecho, desmontó el 5-M y, sin saberlo, la coartada de Pedro Sánchez: el 8-M debía haberse anulado porque los focos de contagio ya eran mayoritariamente internos. El 53% de los contagios ya eran locales y no procedentes del extranjero.

Hay que recordar que el Gobierno de Sánchez ha asegurado que prohibió los actos convocados por la Iglesia Evangélica porque los focos de contagio eran externos y esa concentración contaba con personas procedentes de países con potencial de contagio. Según el Gobierno, por eso actuó en los partidos de fútbol con equipos italianos y no lo hizo en las manifestaciones feministas del 8-M: porque, según su versión, las movilizaciones feministas encabezadas por el PSOE y Podemos no contaban con personas recién venidas de países con focos de la enfermedad.

Pero el CCAES, el organismo que dirige Fernando Simón, desmontó esa coartada sin saberlo el 5 de marzo: el Centro de Alertas (CCAES) había comunicado a Sánchez tres días antes del 8-M que más de la mitad de los contagios eran ya internos, no procedentes del extranjero. Por lo tanto, se debía haber actuado igual con la Iglesia Evangélica que con el 8-M.

Los datos plasmados en los Análisis Epidemiólogos del CCAES hasta el 8 de marzo reflejan los siguientes repartos de casos entre contagios locales e importados: el 20 de febrero, hubo 2 casos importados y, a esas alturas, no había casos nacionales.

Mazazo a la coartada oficial

El 28 de febrero, de los 17 casos analizados, 15 (83%) fueron importados y 3 (17%) locales. El 2 de marzo, de los 33 casos analizados, 20 (61%) importados, 13 (39%) locales. El 3 de marzo: de los 57 casos analizados, 29 (51%) importados; 28 (49%) locales. Y el 5 de marzo cambia el reparto: de los 107 casos analizados, 47% fueron importados; y el 53% locales.

El recuento ha sido analizado por el diputado de Vox y médico, Juan Luis Steegmann y supone todo un mazazo a la coartada oficial del Gobierno. Porque su argumentario se basa en la falsedad de que el peligro en el momento de la celebración del 8-M procedía del extranjero. Cuando la realidad es que, a esas alturas, ya procedía del interior porque el virus se había colado y, por lo tanto, las precauciones con las concentraciones se debían adoptar tanto con eventos con presencia de extranjeros, como con presencia de nacionales.

El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha asegurado, en reiteradas ocasiones, que desconocía la gravedad del avance del coronavirus en España antes del 8-M. Pero cada vez son más las evidencias de que su argumentario es radicalmente falso. De hecho, el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su reunión ante la UE el 6 de marzo reconoció literalmente las siguientes expresiones: «La situación es preocupante y entraña un riesgo serio, no debemos subestimarlo», tal y como revela el vídeo que ha publicado ya OKDIARIO. Dos días después era él mismo quien lo subestimaba y su Gobierno permitía todas las manifestaciones feministas radicales.

Aquel 6 marzo de 2020 se celebró la sesión del Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores. El tema central por esas fechas ya era el covid-19 porque, evidentemente, todos los países contaban con alertas más que de sobra para temer el avance del virus.

Dificultad excepcional

El ministro Salvador Illa intervino en el transcurso de la reunión. No comentó ninguna dificultad excepcional por parte de España. Y ello, pese a que por esas fechas, y tal y como ha argumentado el propio equipo jurídico del Estado en las reclamaciones judiciales de los policías por la falta de material de protección, ya contaban con escasez y fuertes dificultades para comprar mascarillas, guantes, tests, etc.

De hecho, el 23 de enero de 2020, las reuniones del Comité de Emergencia RSI de la Organización Mundial de la Salud (OMS) abrieron fuego en la carrera por alertar severamente del covid-19. Las actas de ese día en la OMS señalan que no se declaró ya en aquel momento la ESPII (emergencia de salud pública de importancia internacional) debido a que «varios miembros del Comité argumentaron que, debido a las limitaciones y la falta de matices del sistema actual relativo a las ESPII, es demasiado pronto para declarar este tipo de emergencia».

Se instó, pese a ello, a celebrar otra reunión en los 10 días posteriores para volver a valorar la posibilidad de declarar la ESPII.

El 30 de enero de 2020 el director general de la OMS declaró que el brote de covid-19 constituía una ESPII. Además se remarcó a los distintos países la necesidad de promover medidas de distanciamiento social: «Es posible interrumpir la propagación del virus, si los países aplican medidas sólidas para detectar pronto la enfermedad, aislar y tratar los casos, hacer seguimiento de los contactos y promover medidas de distanciamiento físico en las relaciones sociales que estén en consonancia con el riesgo».

España, por lo visto, prefirió hacer como que no había oído esa exigencia de distancia social: prefirió seguir adelante como si nada y permitir más de un mes después las manifestaciones y todo tipo de actos.

La OMS aconsejó, además, a todos los países que se prepararan para adoptar medidas de contención, como la vigilancia activa, la detección temprana, el aislamiento y el manejo de los casos, el seguimiento de contactos y la prevención de la propagación.

El 10 de febrero de 2020 el Informe Técnico CCAES que dirige Fernando Simón, con el título ‘Nuevo Coronavirus 2019-nCoV’, detalló cinco aspectos: la peligrosidad del covid-19;  la alerta frente a la transmisión de secreciones de personas infectadas, y al contacto directo con gotas respiratorias capaces de trasmitirse hasta 2 metros; se alertó de la Alta Transmisión Intrahospitalaria; se plantearon medidas de prevención individual -aislamiento de gotas (por medio de mascarillas).

Sólo por poner otro ejemplo, se planteó la actuación en los puntos de entrada de la enfermedad planteando las recomendaciones de la OMS, centradas en los vuelos directos procedentes de zonas afectadas.

Preocupación de Fernando Simón

Los días 18 y 19 de febrero de 2020 se celebraron las reuniones de la agencia ECDC de la UE, con asistencia de Fernando Simón. Las actas de la reunión reflejaron la preocupación de Fernando Simón por el riesgo de importación de la enfermedad y por la forma de abordar los contagios en grupos secundarios, dado que el rastreo de contactos y casos posibles era en ese momento una carga mayor para el sistema de salud pública.

El 4 de marzo de 2020, en otra reunión de la ECDC, también con asistencia de Fernando Simón, el acta del encuentro indica que se pide a los países que los test formen parte de la estrategia general de combate al brote; se notifican más casos sin ningún vínculo con los países previamente afectadas, y se alerta de que el virus está en la UE. Allí se pide igualmente a los países que se doten de material y se considera el riesgo ya de «moderado a alto» o «alto».

El 6 de marzo, por fin, en la sesión del Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores, el ministro Salvador Illa admite que «la situación es preocupante y entraña un riesgo serio, no debemos subestimarlo».

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