Crisis del coronavirus

Sanidad bloqueó la fase 1 a Madrid con argumentos ajenos a los indicadores objetivos que aplicó al resto

La Comunidad de Madrid fue examinada con criterios 'ad hoc' que no se aplicaron al resto de las Comunidades

Coronavirus: última hora en directo del Covid-19 y las fases de la desescalada

muertos Madrid
Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Los informes técnicos del Ministerio de Sanidad para avalar los cambios de fase en la desescalada de las diferentes comunidades autónomas revelan las notables diferencias de exigencia entre las regiones, especialmente, con la Comunidad de Madrid.

Sanidad bloqueó hasta en dos ocasiones que la región madrileña avanzase en la desescalada. Y lo hizo con argumentos ajenos a los indicadores objetivos que aplicó al resto, como la falta de detalle de los planes remitidos por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso -que podría solventarse pidiendo al Ejecutivo regional una mayor concreción- o en la necesidad de «consolidar» los sistemas implementados, algo que no se requiere a otras comunidades.

Primer informe

Los dos informes de Sanidad que rechazaron el paso de fase de la desescalada en Madrid a la primera etapa del desconfinamiento destacan paradójicamente los buenos indicadores para el control de la pandemia.

Por ejemplo, el 8 de mayo ya se valoraba que «la capacidad máxima de camas de agudos y de UCI está muy por encima de los mínimos establecidos» y que «es destacable la capacidad de la Comunidad para incrementar sus servicios asistenciales». La presión por ocupación de Covid a nivel hospitalario resultaba «moderada», pero con porcentajes similares o inferiores a otras comunidades autónomas. «Los niveles de ocupación general muestran una descongestión del sistema sanitario», se subrayaba en el mismo documento.

Además de cumplir con la capacidad asistencial, la Comunidad madrileña también presentaba entonces un número de reproducción básica por debajo de 1 y la curva epidémica mostraba «una tendencia descendente».

Aspectos todos ellos que fueron valorados por el Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, el informe enfatiza otras causas para justificar finalmente el rechazo. Entre ellas, la elevada densidad de población -por otro lado, lógica tratándose de la capital española- o la «conectividad» de la región, «muy elevada».

Aunque lo más destacable es que desde el Ministerio se insiste en la «falta de detalles» de algunos planes, un aspecto que no llama la atención en otros casos. Así ocurre, por ejemplo, en el plan sobre el circuito de identificación y confirmación de casos en Atención Primaria. O en el «sistema de vigilancia». «Se aportan alguna ideas, pero no se describe su funcionamiento ni algunos aspectos claves», dice el Ministerio. Según el Gobierno, el Ejecutivo de Díaz Ayuso tampoco aportaba «suficiente información sobre el sistema de trazabilidad de contactos» y «no se especifican las acciones implementadas» para el plan de desescalada.

En definitiva, argumentos ad hoc que acabaron impidiendo que Madrid progresase de fase.

Segundo informe

En el segundo informe, del 15 de mayo, Sanidad insiste en la elevada conectividad y densidad poblacional. Factores, explica, que «requieren que se adopte una especial consideración a la hora de realizar su valoración».

Con ello, se admite que Madrid es sometida a una vigilancia especial. Y así es. En dicho informe se destaca por ejemplo que «la comunidad ha sido de las más castigadas», «uno de los territorios más afectados de España» y «la comunidad con mayor nivel de transmisión e incidencia». Apreciaciones que distraen de los buenos indicadores, como el espectacular descenso de positivos a nivel hospitalario, del 71 al 13% en sólo una semana o la puesta en marcha del procedimiento de detección precoz de nuevos casos. O que la capacidad máxima de camas está «muy por encima de los mínimos establecidos»  y «la presión a nivel hospitalario continúa bajando».

De nuevo, Sanidad pone impedimentos. Valora que se haya ampliado la capacidad diagnóstica, en 25 puntos, pero matiza: «Es necesario consolidarla». También insiste en otros argumentos, como que «en el informe enviado por la Consejería de Sanidad se hace una descripción más amplia del sistema de vigilancia, aunque no se detallan aspectos claves como los tiempos de disponibilidad de la información o cómo se integran las nuevas herramientas tecnológicas».

O que «el informe tampoco aporta suficiente información sobre el sistema de trazabilidad de contactos» o que «se está desarrollando un plan integral de desescalada con acciones en diferentes ámbitos, aunque no se especifican las acciones implementadas». Valoraciones en las que se demuestra una vez más una elevada subjetividad.

Recurso al Supremo

Tras esta publicación, el Gobierno de Madrid ha decidido mantener el recurso ante el Tribunal Supremo contra la decisión de mantener a la región en fase 0 al entender que «no obedece a criterios técnicos aplicados de forma homogénea a todo el territorio».

Insisten en que ha podido existir «arbitrariedad» y haberse aplicado desde el Ejecutivo «criterios políticos» para retrasar el cambio de fase. Asimismo, señalan a posibles «irregularidades» ya que el documento para pasar de la fase 0 a la 1 cuenta con firma digital, mientras que en el resto es la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio, quien lo firma manualmente. Según el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ese detalle demostraría que los documentos «no se debieron preparar para tomar una decisión, sino que se han hecho después de haberla tomado».

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