España
Elecciones 28M

El PSOE se jacta de que «sólo» perdió 400.000 votos pero oculta que PP y Vox ganaron 3 millones

Ferraz está centrando todos sus esfuerzos en aminorar el impacto del 28M y obvia el trasvase de votos al bloque del centroderecha

Armengol no saber perder, elude su responsabilidad y pide explicaciones a los votantes de izquierda

Sánchez adelanta las elecciones generales al 23 de julio para intentar paliar el tsunami del PP

El PSOE, en pleno proceso de salvar los muebles que le quedan tras el tsunami del PP durante el 28M, pretende minimizar su derrota escudándose en que «sólo» ha perdido 400.000 votos entre municipales respecto a los comicios de 2019. Una media verdad que queda sepultada por el frío, pero certero peso de los números y de la estadística. Fue el propio Pedro Sánchez, junto a su gente de confianza, quien llegó a la conclusión durante la noche del 28M: «Hemos perdido menos votos que poder». Aferrándose a este mantra, el presidente del Gobierno decidió adelantar las elecciones generales al 23 de julio. El problema radica en que la afirmación no es del todo cierta.

El PSOE se despeña en cuanto a pérdida de poder, pero la sangría de votos no es menor. Con los datos demoscópicos resultantes de las elecciones de este pasado domingo, el Partido Socialista sufre un doble varapalo, a cada cual más contundente. No sólo pierde 403.741 votos, sino que ha dejado escapar hacia el bloque del centroderecha a tres millones de electores. La suma alcanza casi los tres millones de votos perdidos.

Ferraz se ha propuesto vender que la derrota no ha sido tan mayúscula. Los socialistas cifran, con razón, en más 400.000 los votos que han perdido respecto a las elecciones municipales de 2019. El PSOE obtuvo en aquellos comicios un total de 6.695.553 papeletas a su favor. El 28M bajó hasta los 6.291.812 apoyos. Pero se olvidan del enorme trasvase que ha minado sus opciones electorales.

Con esos datos en la mano, la sala de máquinas del PSOE se ha propuesto maquillar y aminorar los daños de cara a la galería. En cambio, los más críticos dentro del partido no han dudado en calificar el resultado de «desastre» y «dramático». Tras el escrutinio de las urnas, y a la espera de lo que ocurra finalmente en Barcelona, el PSOE tan sólo gobierna una de las denominadas grandes ciudades: Vigo. Además, sólo logra mantener el poder en Castilla-La Mancha y en Asturias, por la mínima.

Unas consecuencias demasiado grandes para una pérdida tasada en «sólo» 400.000 votos. Este «terremoto electoral», calificado así tanto en Génova como en la parte crítica de PSOE, ha provocado que 3.000.000 de votantes hayan optado por el bloque del centroderecha durante el 28M. Un precio que, según algunas voces de Ferraz, paga el partido socialista por nacionalizar la campaña, «entre otras cosas».

La suma de PP y Vox en 2019 alcanzó los 5.967.532 de votos. Los populares aportaron más de 5 millones mientras que la formación de Abascal logró 800.000 papeletas a su favor. En 2023, PP y Vox -de manera conjunta- se han disparado hasta los 8.663.288. Son tres millones de nuevos votantes para el espectro de la derecha. Un dato que atañe de forma tan directa como negativa al PSOE pero que Ferraz no ha dudado en ocultar durante su campaña para aminorar los daños resultantes tras 28M.

PP: casa común

El Partido Popular ha podido constatar en sus sondeos internos que sus candidaturas municipales y autonómicas no sólo han sido apoyadas, de manera masiva, por el votante tradicional del PP y por la inmensa mayoría de los antiguos electores de Ciudadanos, sino que también han logrado captar apoyos entre las filas del PSOE. Lo que explica su crecimiento en más de 2 millones de votos respecto a las elecciones de 2019.

Los populares se remiten al caso particular de Toledo este 28M. Allí, como en otros territorios, el bloque del centroderecha ha contado con nuevos votantes, con gente llegada del espectro de la izquierda. La diferencia está en que ese preciso empujón electoral ha servido en bandeja la alcaldía de la histórica ciudad manchega al PP. Una plaza que, desde Génova, veían «difícil» conquistar.

El PP espera replicar esta tendencia «en la mayor medida posible» durante las elecciones generales del próximo 23 de julio. «Ya ocurrió en 2011 y se está volviendo a dar ahora. Tenemos constancia, con los datos en la mano, de que hay más gente dispuesta a votar al bloque del centroderecha que en las últimas generales. Esto confirma el trasvase de votos que hemos empezado a contabilizar tras el cierre de las urnas de este pasado domingo. Ocurre siempre que hay fuertes vientos de cambio».

El PP prepara la campaña electoral, que comenzará el 7 de julio, con la mira puesta en los votantes de Ciudadanos que han quedado huérfanos después de que la formación naranja haya anunciado su no comparecencia al 23J. «Es un ejercicio de responsabilidad y madurez por su parte. Han entendido el mensaje del 28M. No se puede poner en riesgo las mayorías por un puñado de votos», afirmó el propio Alberto Núñez Feijóo durante la Junta Directiva Nacional del PP.

Génova también pondrá el foco sobre aquellos votantes de corte moderado que se han sentido «traicionados» por Pedro Sánchez durante toda la legislatura. Por ello, el PP ya ha comenzado a hablar de sí mismo como la «casa común» en la que aglutinar a todos aquellos que, de izquierda a derecha, «busquen volver a la normalidad, a la buena política y al valor de la palabra», aseguran fuentes populares.