Investidura de María Chivite

El PSOE deja en manos del PNV la imposición del euskera en Navarra

El PSOE de María Chivite ha otorgado la polémica gestión de esta lengua al nacionalismo. En el acuerdo se destaca que el euskera "es lengua propia".

Los socialistas de Navarra intentan ganarse a Bildu ofreciendo el euskera como "cultura propia"

Geroa Bai
Uxue Barcos
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La distribución de competencias en el futuro Gobierno de la socialista María Chivite, en Navarra, otorga al PNV -a través de su marca blanca, Geroa Bai- todo el poder para dirigir la imposición del euskera, una lengua que, pese a los continuados esfuerzos del nacionalismo, solo es oficial en la zona vascoparlante de la comunidad.

Geroa Bai controlará cuatro consejerías en el Ejecutivo de Chivite, que previsiblemente será investida este viernes gracias a la abstención de Bildu. Entre ellas, la de Relaciones Ciudadanas. Dentro de ésta, la organización dirigirá ‘Euskarabidea’, el Instituto Navarro del Euskera, con el fin esencial de potenciar su implantación.

La gestión del idioma fue muy cuestionada bajo el mandato del cuatripartito de Uxue Barkos y criticada también entonces por la ahora candidata socialista.

Sin embargo, Chivite ha optado por delegar la competencia en Geroa Bai, que se regirá por el acuerdo de investidura firmado también por Podemos e Izquierda-Ezkerra, y en el que se destaca que el euskera «es lengua propia». En este contexto, se insta a «apoyar» su «necesaria e imprescindible planificación educativa pública como lengua propia desde la voluntariedad y la convivencia». El documento añade que se promoverá el «desarrollo gradual y progresivo de la oferta educativa» de esta lengua. 

En otro punto, se comprometen también a «apoyar el euskera en las expresiones culturales» e «impulsar la creación artística innovadora vinculada» a ella, «así como la labor de formación, investigación, producción, difusión y mediación».

El Gobierno navarro impulsará, dice , un «amplio acuerdo social y político entorno al euskera, reflejo de la idiosincrasia y realidad socio-lingüística navarra, que responda a las necesidades y permita seguir siendo libres en la forma de relacionarnos y convivir con las lenguas habladas en la Comunidad Foral, alejando definitivamente al euskera del debate partidista, la confrontación y desterrando sentimientos de discriminación en la ciudadanía».

El Ejecutivo de Chivite abre así la puerta a la imposición del euskera, avanzando para ello el «estudio y, en su caso, adaptación de la normativa para garantizar un tratamiento acorde con la demanda y la realidad sociolingüística del territorio, a la vez que ampare el uso y conocimiento del euskera por la ciudadanía de forma acorde con los principios de voluntariedad e igualdad de oportunidades».

Además, en el plazo de un año, se analizará la normativa sobre su uso en las Administraciones Públicas de Navarra para «impulsar una modificación de la normativa vigente de cara a buscar un mayor consenso sindical, social y político». El plan incluye también el fomento en los medios de comunicación y «la enseñanza del euskera a personas adultas, vida social y cultural, de manera especial programas dirigidos a la población más joven».

Todo, gestionado a través de ‘Euskarabidea’, un organismo autónomo y, reza el acuerdo, que será dotado con «presupuesto y recursos suficientes». La apuesta del anterior Gobierno de Barkos ya elevó considerablemente la dotación económica del organismo que, en dos años, pasó de un presupuesto de 2,8 millones (2015) a 6,9. 

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