España
Crónica del día

PNV: el mayor escándalo de corrupción nunca visto en el País Vasco

El PNV apoyó la moción de censura contra Rajoy porque, en opinión de su presidente, Andoni Ortúzar, «El PP es protagonista del mayor caso de corrupción de la historia de la democracia». Ahora, según ha escrito Carlos Cuesta en este periódico, se dispone a ofrecer al hombre sin escrúpulos, Pedro Sánchez, sus seis escaños en el Congreso, a cambio de barrenar la Navarra foral y española de siempre. Un terrible atentado institucional y un ejercicio nacionalista de hipocresía y desvergüenza que sin embargo está pasando desapercibido. Porque verán: en un mes la Audiencia Provincial de Álava dará a conocer su sentencia por el mayor caso de corrupción que se haya producido jamás en el País Vasco: el ‘Caso De Miguel’.

Recuerdo el escándalo. Alfredo De Miguel era el diputado foral en  provincia citada, Álava cuando, junto con otro miembro muy distinguido del PNV provincial, Aitor Tellería, presuntamente (vamos a dejarlo por ahora así) organizaron una extensísima red de cobros de comisiones ilegales y adjudicaciones irregulares de contratos públicos. Se lucraron presuntamente (vamos a dejarlo así hasta el 17 de diciembre) y engolfaron con ellos a otros veinticuatro encausados, la mayoría de los cuales, más de la mitad, empresarios entre extorsionados y cómplices, y el resto peneuvistas de conocida raigambre en el País Vasco. El PNV se lavó las manos y volcó toda la culpabilidad sobre el citado De Miguel,  que desempeñaba sin embargo un cargo de absoluta confianza del Euskadi Buru Batzar, era el jefe del partido en Álava.

Pero hete aquí que el tal De Miguel se revolvió en la tumba política en la que le habían situado sus antiguos colegas, y amenazó, con filtraciones varias, con tirar de la manta. Y claro, asustó al personal porque resultó que este sujeto, un indeseable que espiaba a troche y moche, a cercanos y ajenos, se cansó, según dijo, de hacer de chivo expiatorio, e hizo saber que tenía «cosas» mas que comprometidas de los hijos de dos nacionalistas preclaros: Arzalluz y Atucha, «cosas de bolsillo», se llegó a insinuar. El PNV enmudó y no volvió a descalificar a su antiguo dirigente. Urkullu, con el mayor de los desparpajos, aseguró: «Aquí no hay corrupción vinculada al PNV».

Pero ¡vaya si la hay! Tanta que la Fiscalía de esa Audiencia tiene pedido para el tal De Andrés  una cincuentena de años de prisión por los delitos de cohecho, apropiación indebida ilícita, blanqueo y trafico de influencias. Tellería y Ochandiano, otro miembro también  del Araba Buru Batzar, la Ejecutiva del PNV en ese territorio, salen mejor despachados; la Fiscalía «solo» solicita para ellos treinta y dos años de trullo. En total, la Fiscalía que dirige Josu Izaguirre, suma para todos los procesados la friolera de ¡440 años de cárcel! Sobre Izaguirre en todo este tiempo de preparación de juicio ha sufrido presiones por doquier, pero se ha mantenido incólume demostrando además que no es que le tenga especial inquina al PNV, que contra quien la emprende es contra los delincuentes, sean éstos del partido que san. Izaguirre es conocido por ser, fíjense, también el «azote» del Partido Popular y del PSOE. O sea, que no  hace distingos pero en este caso le tocó a las miserias del PNV. Y no se anda con chiquitas porque en su escrito de acusación dice literalmente lo siguiente: «Los imputados estaban perfectamente amparados por el establishment del PNV». O sea, por todos desde el mencionado Arzalluz hasta el actual lehendakari Iñigo Urkullu. Todo cómplices y beneficiarios según el fiscal.

En el proceso ha sido la estrella invitada la abogada Ainhoa Artemi que, harta ya de ser chantajeada y exprimida, se negó a pagar directamente a De Andrés y Tellería más de cien mil euros («Es para el partido, te lo agradeceremos») y se personó, creo, en el Juzgado de Guardia. Ella ha sido una valiente gudari que en el turbio escenario de la prepotencia penuevista, se declaró rebelde y aseguró en el juicio que se trataba del mayor caso de corrupción nunca visto en el País Vasco. En poco días sabremos pormenores de una sentencia que, según algunos observadores, no será especialmente generosa con el protagonismo del PNV en este escarnio, a no ser que las garras del citado establishment nacionalista hayan cuarteado la probidad del Tribunal, algo que ni siquiera puede sospecharse. El PNV, ese partido que corneó a Rajoy por corrupción después, eso sí,  de sacarle hasta las entretelas, se enfrenta, como denunció Artadi, al más impresionante y extenso escándalo de corrupción que haya soportado nunca el País Vasco. Son los socios del gobernante sin escrúpulos, Pedro Sánchez.