España
Referéndum Cataluña

El Parlamento británico prueba que «Rusia difundió propaganda para favorecer» a los golpistas el 1-O

El informe tiene 89 folios y ha llevado elaborarlo más de medio año. El Parlamento británico ha probado la injerencia de la inteligencia rusa en el referéndum ilegal de independencia de Cataluña organizado el pasado 1 de octubre. El documento concluye, sin dejar espacio a la duda, que «a través del Estado ruso, de las organizaciones de TV ligadas a éste se difundió propaganda que beneficiaba a aquéllos que querían la independencia en Cataluña».

El vicepresidente del Parlamento Europeo, el español Ramón Luis Valcárcel, se ha hecho eco de la investigación haciendo hincapié en el «interés especial» de Rusia en «desacreditar el sistema democrático español». Valcárcel, un activista incansable dentro de la Eurocámara contra las ‘fake news’, ha sido además desde su alta responsabilidad en Estrasburgo y Bruselas uno de los políticos españoles más activos contra la propaganda golpista del separatismo catalán.

El documento [Informe del Parlamento británico sobre la injerencia rusa en el referéndum ilegal de independencia de Cataluña, en inglés], que ha sido aprobado este mismo martes tras el trabajo de los 11 miembros del comité designado (cinco conservadores, cinco laboristas y un miebro del partido independentista escocés SNP), explica la metodología de la injerencia del Kremlin para desatar el caos político en cuantas oportunidades se le presentan en países estratégicos.

Sin embargo los casos prácticos se centran exclusivamente en el referéndum del Brexit y el prohibido por el tribunal Constitucional en la región española de Cataluña. Así, toma como ejemplo el golpe de Carles Puigdemont a partir de la declaración de dos testigos de nuestro país, el ex director del European Council for Foreign Affaris (ECFR) en Madrid Borja Lasheras, y el periodista David Alandete.

Según el informe, Lasheras explicó con pelos y señales ante los miembros del comité la supuesta interferencia rusa a partir de «noticias falsas, coberturas sesgadas y cuentas engañosas». El experto español apunta que «no podemos atribuir todo eso a Rusia». Pero sí vio Lasheras «en el caso del ruso, un punto de coincidencia: la mezcla de coberturas equilibradas con casos de otras sesgadas y noticias falsas» en el contexto de un caldo de cultivo propicio para la desestabilización.

«Lo que había», apuntó Lasheras según el documento del Parlamento británico, «era un Estado de Derecho democrático frente el ‘derecho a decidir’ contra el orden constitucional y la integridad territorial frente a la secesión». La entrada de los intereses rusos se hizo «sobre la prevalencia de hasta un 70% a 80% de bots que retuiteaban la desinformación», según los testigos citados por Lasheras en su declaración.

Además, el experto español describió lo que se ha dado en llamar «granjas rusas de trols» que actuaron «atacando verbalmente» a quienes defendían el orden constitucional y por lo tanto «los medios establecidos se vieron menoscabados por la difusión de información falsa que pretendía pasar como hechos factuales, como la afirmación de que 900 personas habían resultado heridas en Cataluña, lo que no sucedió».

El otro testigo de nuestro país que acudió a declarar ante los miembros del comité parlamentario británico, el periodista entonces en ‘El País’ David Alandete, detalló la labor de las webs Sputnik y RT, ambas presididas por la misma persona, Margarita Simonyan, una mujer muy cercana a Putin. El reportero advirtió a los parlamentarios para que analizaran con cuidado «qué tipo de información hacen RT y Sputnik en Reino Unido».

De hecho, el Departamento de Estado de EEUU ha cambiado la consideración de sus periodistas y ahora tienen que registrarse como agentes extranjeros. Y la misma compañía matriz de Twitter ha prohibido a estas webs contratar anuncios, porque consideran que es propaganda y no publicidad por razones comerciales».

Campaña de desacreditación y conclusiones

Después de que ambos testigos españoles comparecieran ante la Cámara de los Comunes, los mismos medios rusos a los que habían ‘delatado’ comenzaron una campaña en las redes para desacreditarlos. Fuentes conocedoras de los hechos indican que «en algunos casos», estas campañas fueron apoyadas por fuerzas políticas españolas «que se tragaron a conciencia o no, las intoxicaciones» de los medios cercanos al Kremlin.

Las conclusiones del comité de Westminster fijadas en el documento son que  hay «evidencias que muestran la supuesta interferencia rusa» en el referéndum español [sic], en octubre de 2017″.  Según los parlamentarios, «durante la campaña, Rusia provocó un conflicto, a través de una mezcla de información engañosa y desinformación, entre personas dentro de España, y entre España y otros estados miembros de la UE y de la OTAN».

Los diputados de la Cámara de los Comunes concluyen, pues que «hay pruebas que demuestran que Rusia tenía un interés especial en desacreditar el sistema democrático español» y de que, «a través del Estado ruso, de las organizaciones de TV ligadas a éste se difundió propaganda que beneficiaba a aquéllos que querían la independencia en Cataluña».