Iglesias a sus alumnos: «La revolución tiene que ser básicamente una insurrección armada»

Pablo Iglesias regresa a las aulas. El que fuera líder de Podemos ha vuelto a pisar los pasillos del campus de Somosaguas donde hace nueve años ideó su partido político. OKDIARIO ha sido testigo presencial de su primera lección magistral a los alumnos de Relaciones Internacionales. El ex vicepresidente segundo del Gobierno aprovechó la primera clase para dejar claro lo importante que para él es el marxismo. «La revolución tiene que ser básicamente una insurrección armada», ha comentado a sus estudiantes en la presentación de la asignatura Gobernanza Global.

«El marxismo clásico decía que los intereses políticos van en función de tu posición en el sistema productivo y en función de la clase. Si tú eres un proletario seguramente votarás a un partido que defiende los intereses del proletariado y si eres un burgués votarás a un partido que defienda tus intereses. La revolución tiene que ser básicamente una insurrección armada y la palabra ideología sirve para hablar de la falsa conciencia de las clases dominantes. Es una descripción chusca y rápida de lo que sería en ciertos vulgarismos marxistas», ha relatado Iglesias ante ocho personas.

En esas reflexiones iniciales, en las que Iglesias deja claro su pasión por el marxismo, ha resaltado que «Antonio Gramsci, un señor del Partido Comunista italiano, muy listo, muy italiano -todo lo italiano es sofisticado- nos dice que el terreno de combate político fundamental no es solamente el proceso productivo, no solamente la fábrica. También lo es la cultura». «La cultura es un terreno de combate», subraya el profesor Iglesias, de nuevo usando términos violentos. Aprovecha esa explicación para indicar a sus estudiantes, muchos de ellos futuros diplomáticos, que es clave el concepto de «hegemonía cultural, es decir, la ideología de los grupos dominantes que hacen suya en buena parte los grupos dominados. Esto es fascinante para los que nos gusta el tema de los medios de comunicación».

A lo largo de casi dos horas de lección, Iglesias lanza críticas más o menos soterradas al capitalismo, a la globalización y al liberalismo. «El capitalismo tiene una tendencia a la expansión, a convertirse en un sistema de organización económica del conjunto. Aporta una perspectiva económica del sistema mundo. Pero hay una perspectiva política, hay un mando político y para explicar cómo funciona utilizamos una noción que es de todo menos inocente, la hegemonía», indica Iglesias, que se muestra sorprendido de que los alumnos no sepan que esa idea nace con Gramsci. Un pensador que cautivó también en su día a su pupilo Íñigo Errejón y que definió los primeros pasos de Podemos.

Por otra parte, critica que el capitalismo ha provocado que Europa «expoliase recursos naturales de América Latina». Iglesias deja notar sus intereses en ese continente, donde trabajó de cerca con dirigentes políticos de extrema izquierda como el venezolano Hugo Chávez, y asegura que Europa «utilizó trabajo esclavo en la agricultura» y que «esas economías latinoamericanas se diseñarán en función de los intereses de los mercados europeos».

Guerra

«En esta asignatura estudiaremos qué narices está pasando en la guerra ruso-ucraniana, que es el enfrentamiento entre EEUU y China por ser potencia hegemónica. Lo discutiremos, pero no podemos hacer una discusión periodística, tenemos que manejar conceptos», dice sin mencionar en ningún momento que en Ucrania hay guerra porque Putin decidió invadir la nación vecina.

Iglesias también lleva el argumentario de Podemos al aula de Somosaguas: «En Ucrania, está sobre la mesa el escalamiento del conflicto y que se usen por primera vez armas nucleares en Europa». «¿De qué sirven los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 si hay amenazas de bombas nucleares? Se asemeja a los músicos tocando mientras se hunde el Titanic», expone desde las aulas de este campus ubicado en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

También tiene palabras en contra del «liberalismo, que es un significante, un artefacto político, que sirve para entender que durante un tiempo se instaló un estilo de políticas públicas que defendían una organización sin control político. Tuvo cierto éxito. Ahora mismo, está en cuestión en buena parte del mundo».

Iglesias, por último, critica en su aula de Somosaguas el foro internacional de Davos, al que acude su antiguo socio Pedro Sánchez: «Es un foro privado que organizan las empresas y en el que se debaten de los grandes asuntos del mundo. Invitan a presidentes de países a que cuenten allí lo que quieran. El propio Davos es un reconocimiento explícito de que una parte de los que mandan en el mundo, grandes corporaciones y empresas, no se presentan a las elecciones».