Órganos directivos con un 40% de mujeres en las empresas y otras claves de la ley de paridad de Sánchez
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el anteproyecto de ley de paridad en los órganos directivos y de decisión, una ley que hará obligatorias las cuotas de género en el Gobierno y en las grandes empresas. Aprovechando las protestas por el 8M, Día de la Mujer, el Ejecutivo de PSOE y Podemos han dado el visto bueno a una normativa para forzar la representación paritaria de mujeres y hombres en los centros de decisión. La iniciativa es la transposición de una directiva europea de noviembre de 2022.
En vísperas del 8M, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha asegurado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que la ley de paridad permitirá que España pase de las «recomendaciones» a «establecer obligaciones» que consoliden la igualdad de género en los ámbitos de decisión político y económico.
Estos son los principales ejes de la ley de paridad de Sánchez:
40 % de mujeres en órganos directivos
– Futuros gobiernos: Consejo de Ministros, vicepresidencias y ministerios.
– Direcciones de empresas cotizadas o entidades de interés público con más de 250 trabajadores y 50 millones de euros de volumen de negocio anual.
– Juntas de gobierno de los colegios profesionales y los jurados que concedan premios o reconocimientos financiados con dinero público.
– En los próximos cinco años, la Administración General del Estado y los órganos superiores y directivos de cada ministerio, incluidas secretarías de Estado, subsecretarías y direcciones generales.
– La obligación se extenderá a todas las entidades del sector público.
Listas cremallera
Serán obligatorias las candidaturas integradas por personas de uno y otro género ordenadas de forma alternativa en las elecciones al Congreso, Senado, Parlamento Europeo, asambleas autonómicas, municipios, y consejos y cabildos insulares.
Discriminación positiva
Para cumplir con el principio del 40 % de representación en los consejos de administración de las grandes empresas, en caso de empate entre varios candidatos durante un proceso de selección, se elegirá al del género menos representado en la dirección.