Los Mossos pidieron a Colau frenar los pisos okupados porque «entrañan un peligro para la seguridad»

Ada Colau
Ada Colau. (Foto: EFE)

Los Mossos d’Esquadra aconsejaron hace unos meses a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que adoptase «medidas urgentes» para frenar los pisos de okupación porque «entrañan un peligro para la seguridad».

Así de contundente se mostró un alto cargo de los Mossos en una conversación informal, según ha podido conocer OKDIARIO, que cobra actualidad debido a los atentados terroristas en Barcelona y Tarragona.

 

Ahora y después de estos hechos, los técnicos del Ayuntamiento confirman que «habrá reuniones para añadir más medidas sobre la mesa» para hacer un plan de choque contundente, señalan a este medio. De hecho, Colau ha convocado para este mismo miércoles una reunión extraordinaria de la Junta de Seguridad, a la que asistirán los mandos de los mossos y el delegado del Gobierno en Barcelona, Enric Millo, entre otros altos cargos.

El turismo representa el 15% del PIB de Barcelona y emplea a más de 90.000 personas, un 8,8% de la ocupación total. La otra ‘okupación’, la ilegal, se ha disparado un 66% en la Ciudad Condal desde que gobierna Ada Colau. Los datos que manejan los técnicos municipales apuntan que en 2015 había 642 casas e inmuebles okupados, mientras que en el primer semestre de 2016 se cerró con 1.065 casos, un incremento del 45%.

Una ley que protege a los okupas

Desde el PP, como el resto de fuerzas en el Parlament, criticaron la «permisividad» de la alcaldesa con los ‘okupas’ tras los sonados casos de Can Vies, el ‘Banco Expropiado’ o cuando les regaló a los okupas un local municipal en el barrio de Gràcia.

Asimismo, Colau aprobó un nuevo protocolo dirigido a la guardia urbana que protege a los okupas de propietarios y empresas que pretenden desalojarlos de manera «extrajudicial».

Una de las pancartas de los vecinos del Raval en Barcelona protesta contra los narcopisos.

El procedimiento se llama ‘Desalojos privados en bienes inmuebles’ y trata sobre cómo debe actuar la Guardia Urbana ante desalojos de okupas entre particulares por vía extrajudicial, y prevé que en estos casos se impida su desalojo. Un protocolo que enfada profundamente a los agentes de policía señalando que «los pisos okupas son un peligro para la seguridad y lo hemos visto con estos atentados», denuncia un agente que prefiere mantener su anonimato pidiendo mayor implicación política.

El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, ya denunció a principios de agosto que la Generalitat reconoció que «a fecha del 31 de mayo de 2017 había pisos del Incasòl, propiedad de la Generalitat, en Barcelona, que ya acumulaban más de 1.000 días de ocupación ilegal, a falta de actualizar el periodo de ocupación hasta el día de hoy».

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Calle Hospital en el barrio de El Raval. (Foto: Nuria Val)

En concreto, según la respuesta parlamentaria, en Barcelona en esa fecha había dos pisos de la Generalitat, uno ubicado en el distrito de Nou Barris y otro en el de Sants-Montjuïc, que acumulaban más de tres años de ocupación por la demora de procedimiento judicial. El entonces portavoz de CiU, Joaquim Forn, sostenía que «Colau quiere seguir siendo la activista antisistema. Con su actitud, divide entre okupas buenos y malos y legitima un movimiento que hoy se siente más fuerte que nunca».

El terrorista pudo refugiarse en un piso okupa

Los agentes siguen investigando la huída de Younes Abouyaaqoub, conductor y autor del atentado de La Rambla que provocó la muerte de 13 personas y dejó más de 120 heridos. Tal y como explicó a OKDIARIO un testigo directo del atentado, Noorullah Essakhel, dijo que «la furgoneta llegó sola a la altura de la calle Hospital», que es donde el vehículo finalmente frenó. «No vimos a ningún terrorista dentro», explicó Essakhel.

Según las investigaciones policiales, Abouyaaqoub salió del vehículo corriendo y huyó por el famoso Mercado de la Boquería de Barcelona, situado en La Rambla. El mercado, como ya pudo comprobar in situ este periódico, es un laberinto de callejones que dan a parar al barrio de El Raval. El terrorista lo recorrió hasta llegar a la zona universitaria, pero los mossos investigan ahora si se escondió en una vivienda okupa para cambiarse de ropa.

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Mercado de la Boquería de Barcelona. (Foto: Nuria Val)

En el momento en el que los mossos lo abaten en la localidad de Subirats, a 50 km de Barcelona, llevaba una camisa blanca con un pantalón distinto al que portaba el día del atropello masivo. Uno de los investigadores señala a OKDIARIO que «esa zona es de campo y muy tranquila. Pudo también haber cogido estas prendas de las viviendas de campo que hay por la zona sin ser visto. Todavía no hemos encontrado el polo de rayas azul y blanco que llevaba cuando cometió el atentado», informan.

Fuentes de la Guardia Urbana desvelan que el barrio de El Raval estaba en su punto de mira desde que la pasada primavera lanzaron un operativo para investigar todos los pisos okupados de la zona. Callejuelas estrechas, numerosas viviendas okupadas, prostitución y el menudeo de droga es lo que OKDIARIO pudo ver de cerca con hasta dos intentos de atraco que conseguimos evitar gracias a los vecinos de la zona.

Apenas una semana antes de que produjeran los atentados, los Mossos d’Esquadra realizaban en el barrio la tercera redada en 15 días. «Desmantelamos tres puntos de venta de droga en las calles Sant Gil y Cardona. En la segunda redada, el pasado 27 de julio, desmantelamos cuatro inmuebles», informa un portavoz.

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Intervención de los Mossos D’Esquadra en El Raval. (Foto: Mossos)

En el interior de estos locales, los agentes encontraron diferentes medicamentos que se utilizan para mezclar la droga, balanzas de precisión, cocaína y 700 euros. Tras los atentados, los agentes temen que puedan encontrarse también material para fabricar explosivos o que estos espacios puedan convertirse en «alojamientos de terroristas». De ahí que aumenten los dispositivos de seguridad para desalojar todas estas zonas.

Los vecinos de El Raval llevan meses denunciando estos sucesos y organizando concentraciones y caceroladas por las noches para asustar a estos vendedores y traficantes. Ahora, piden mayor protección y siguen denunciando, por ejemplo, que los pisos desmantelados, en la calle D’en Roig, habrían vuelto a ocuparse para el mismo fin.

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Tuit de los vecinos criticando la permisividad del consistorio.

Según informan los Mossos, el dispositivo suma ya más de 25 entradas en domicilios del barrio y 20 detenidos desde principios de año. Desde el 26 de julio, los dos cuerpos policiales han desmantelado siete puntos de venta en el Raval y ahora extreman la seguridad aumentando la vigilancia por el barrio.

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