España
CATALUÑA

Los Mossos montan un plan para ‘detener’ a Puigdemont y robar la foto a la Policía y la Guardia Civil

La policía autonómica quiere evitar que la Guardia Civil o la Policía se cuelguen la medalla de la detención del prófugo

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Los Mossos quieren evitar que la Guardia Civil o la Policía se cuelguen la medalla de la detención de Carles Puigdemont. Por eso, según ha podido confirmar OKDIARIO, el major Eduard Sallent ha ordenado activar un dispositivo de «grandes proporciones» para adelantarse a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el arresto del líder de Junts ante el inminente retorno a España que ya está ultimando. Carles Puigdemont, ahora amnistiado por Pedro Sánchez, lleva más de seis años fugado de la justicia y tiene una orden de detención en territorio nacional activa por los delitos de desobediencia y malversación.

El dispositivo que ha puesto en marcha Sallent tiene movilizadas a once comisarías de las regiones policiales de Gerona y Lérida. En concreto las de la Seo de Urgel, Sort, Puigcerdà, Portbou, Olot, Ripoll, Sort, Viella, el Pont de Suert y La Junquera. Todas ellas se encuentran en puestos fronterizos con Francia o muy cerca de estos lugares. Nada más tener conocimiento de la presencia de Puigdemont en alguno de estos territorios, según la orden que se ha dado a los agentes, los Mossos tendrán que ponerlo en conocimiento de la Prefactura que les dará «instrucciones concretas» sobre cómo deberán actuar. La idea, explican fuentes de la policía autonómica, es que la detención «sea discreta» para «evitar altercados». Justo lo que Junts quiere promover. Agitar las calles para reventar cualquier posible acuerdo entre ERC y el PSC que permita investir a Salvador Illa.

Una vez Puigdemont esté en manos de los Mossos d’Esquadra, según esas mismas fuentes, será trasladado previsiblemente al complejo policial Egara de Sabadell -sede central de la policía autonómica- con unas medidas de seguridad extremas para evitar protestas en los aledaños. Dependerá del juez instructor que ordenó su detención, Pablo Llarena, todo lo que venga después. Una vez ya detenido, explican fuentes policiales, lo lógico es que queden con la Guardia Civil en un punto estratégico entre las provincias de Lérida y Zaragoza para ponerlo en custodia de la Benemérita y que se encarguen ellos de trasladarlo a la capital del Estado. No obstante Llarena podría solicitar también el traslado inmediato a Madrid -y en ese caso los Mossos lo pondrían en manos del primer agente de la Policía o la Guardia Civil que encontrasen-.

Entrada en una comitiva de coches

Con dicha orden de detención en territorio nacional activa, lo que supondría su detención nada más pisar España, Junts ya trabaja en cómo debe ser el momento de su retorno que algunas fuentes sitúan en a finales de este mismo mes de julio. Tras sopesar varias opciones, y descartar algunas, con la que trabajan en estos momentos, es en la formación de una caravana de coches procedente de Francia, con Puigdemont en uno de ellos, acompañado por miles de personas y seguido de autobús lleno de periodistas para retransmitir una posible detención.

De optar por esta entrada a España, los Mossos sopesan también activar una ‘operación jaula’ en la frontera de La Junquera. Eso supondría situar dos furgones casi en paralelo, a modo de embudo, para parar uno a uno todos los vehículos que formen dicha comitiva. De tal manera que en alguno de ellos localizarían al objetivo.

En su partido consideran que la formación de una caravana de estas características, sin saber en qué coche exactamente viaja el ex presidente de la Generalitat, impediría a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad inmovilizar el vehículo en el que viaje el candidato de Junts para proceder a su detención. De ocurrir, explican, «sería retransmitido en directo por todos los medios de comunicación». Lo que, a su juicio, «crearía una reacción espontánea inmediata en las calles». Puigdemont, según sostienen, «tampoco tiene miedo a ser detenido en esta ocasión» mientras recuerdan que «ya fue detenido una vez».

Los Mossos ya detuvieron a Ponsatí

Los Mossos d’Esquadra ya detuvieron el 28 de marzo del año pasado a la ex consejera de Educación y entonces diputada en el Parlamento Europeo, Clara Ponsatí, en su primer viaje a Barcelona tras cinco años de fuga. Un agente de la policía autonómica se acercó a ella, mientras andaba por el centro de Barcelona, tras ofrecer una rueda de prensa, y le pidió que la acompañase. Aunque inicialmente ella se resistió, acabó subiendo al coche y fue trasladada a la Ciudad de la Justicia de L’Hospitalet. Posteriormente le citó el juez Pablo Llarena y le dio plantón.

Antes de Ponsatí, el 27 de diciembre de 2016, los Mossos también detuvieron al ex concejal de la CUP en Vic (Barcelona), Joan Coma. Coma estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional por un supuesto delito de incitación a la sedición. Su arresto se produjo al no presentarse a las distintas citaciones judiciales que se le habían cursado. Los propios Mossos y la Guardia Civil se encargaron conjuntamente de su traslado a Madrid, para ponerlo a disposición de la Audiencia Nacional. El trayecto se hizo por carretera en un vehículo policial sin logotipar.

En su momento, cuando el ex major Josep Lluís Trapero declaró en la Audiencia Nacional en calidad de investigado, el que fuera jefe de los Mossos ya reveló que tenían un plan para detener a Puigdemont, tanto en su despacho como en su domicilio.