Curiosidades
Trucos

Ni cera ni abrillantador: la sencilla mezcla para dar brillo a los muebles de madera con sólo dos ingredientes

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Con el paso del tiempo, los muebles de madera van perdiendo su  brillo natural. Aunque es un material noble y resistente, el uso diario, el polvo, la humedad o la exposición solar pueden hacer que su superficie se apague, se reseque o incluso se agriete. Normalmente, solemos recurrir a productos de limpieza llenos de siliconas o abrillantadores sintéticos que, si bien ofrecen un resultado inmediato, no nutren realmente la madera y a la larga pueden dañarla. La buena noticia es que devolver el esplendor a los muebles de madera sin recurrir a químicos es más fácil de lo que parece.

Uno de los remedios naturales más efectivos y conocidos para limpiar y abrillantar la madera es la mezcla de aceite de oliva con vinagre blanco. Este dúo funciona por dos razones fundamentales: el vinagre limpia y desinfecta de manera suave, eliminando residuos, manchas o grasa acumulada, mientras que el aceite de oliva hidrata y nutre la madera, devolviéndole su brillo original.

El mejor truco para abrillantar los muebles de madera

La fórmula ideal consiste en dos partes de aceite de oliva por una de vinagre blanco. Se mezclan en una botella y, una vez lista la solución casera, se aplica una pequeña cantidad sobre un paño de algodón o de microfibra (nunca directamente sobre el mueble) y frotar en movimientos circulares siguiendo la veta de la madera. Pasados unos minutos, se retira el exceso con paño limpio, ¡y listo! El resultado es inmediato y sorprendente: una superficie que ha recobrado su aspecto y su brillo original. Este truco es perfecto para muebles envejecidos, sillas, mesas o aparadores que se hayan «apagado» con el tiempo.

Si lo que se busca es no sólo brillo, sino también una capa protectora que dure mucho tiempo, la cera de abeja natural es una de las mejores aliadas. Se trata de un producto 100% ecológico que hidrata profundamente la madera, crea una película protectora y ayuda a repeler la humedad y el polvo.ara aplicarla correctamente, se recomienda calentarla ligeramente al baño maría para que se ablande, extender una pequeña cantidad sobre un paño de algodón y frotar suavemente la superficie. Luego, se deja secar durante unos minutos y se pule con un paño limpio hasta que aparezca el brillo. Lo ideal es hacerlo una o dos veces al año.

Aceite de coco

El aceite de coco se ha convertido en un auténtico aliado para el hogar. En el caso de la madera, sus propiedades hidratantes y protectoras ayudan a nutrir las fibras desde el interior, evitando que se resequen o agrieten.

Su aplicación es tan sencilla como la del aceite de oliva: se coloca una pequeña cantidad en un paño suave y se frota sobre la superficie con movimientos circulares. No es necesario enjuagar; basta con retirar el exceso si queda una película demasiado grasienta. El aceite de coco deja un acabado brillante, sedoso y ligeramente perfumado, ideal para muebles oscuros o maderas tropicales. Además, actúa como un repelente natural de polvo, haciendo que la limpieza posterior sea mucho más sencilla.

Cuidados básicos del día a día

Además de estos trucos, hay una serie de hábitos que marcan la diferencia en la durabilidad y el aspecto de los muebles de madera:

Cómo recuperar muebles muy dañados

Cuando la madera presenta un aspecto muy deteriorado, con manchas, sequedad o zonas sin barniz, la restauración natural también es posible. En estos casos, lo ideal es limpiar primero la superficie con vinagre diluido en agua (una parte de vinagre por tres de agua) para eliminar residuos. Luego se deja secar bien antes de aplicar aceite o cera nutritiva.

Si la madera está muy seca, se pueden aplicar varias capas finas de aceite de linaza, dejando que cada una se absorba completamente antes de la siguiente. Estos aceites, usados tradicionalmente por ebanistas, penetran en profundidad y reavivan la textura y color originales del material.

Finalmente, cabe señalar que no todas las maderas envejecen igual. Las más duras, como el roble, la caoba o el nogal, tienden a conservar mejor el brillo y soportan mejor la humedad. En cambio, las maderas blandas, como el pino o el abeto, son más porosas y requieren una hidratación frecuente. También influye el acabado: los muebles barnizados o lacados necesitan menos cuidados que los de madera natural, pero no deben tratarse con aceites o vinagres que puedan afectar al barniz.